EL
PUNTO DE INFLEXIÓN Y EL BUEN CONTABLE PIKETTY
PRECISIONES
Y COMPROMISO
Punto
de inflexión, como todo el mundo sabe, es un concepto de la
matemática, en la que al graficar la evolución de una función, es
el instante donde cambia el sentido la curvatura pasando de cóncava
a convexa o viceversa; si el punto coincide con el origen de
coordenadas, su raíz es cero, y cuando lo hace en cualquier
cuadrante sus raíces son positivas o negativas. En sentido coloquial
viene a significar el momento donde se produce el cambio de
contenido, y en este sentido, y en la medida que el capitalismo tiene
como objetivo magnificar la ganancia, y que este contenido sigue
siendo el adn del capitalismo, tanto del siglo xix, como del siglo
xxi, para obtener ganancia, el capitalismo estaba obligado a fabricar
objetos útiles – mercancías –, que pudiesen ser consumidas por
una mayoría que compondrían el mercado. En este proceso, la
burguesía – los fabricantes –, decidiendo magnificar la ganancia
pasaron a fabricar mercancías en la que ellos se reservaran el
control de la misma – armas de destrucción masiva y especulación
financiera productora de dinero desvalorizado –; esto fue un
proceso largo y el punto de inflexión se produjo en el momento en
que la producción solo beneficia a la clase poseedora, contra la
mayoría, es decir, el capitalismo era útil porque en el proceso de
obtener ganancia, las fuerzas sociales se desarrollaban impulsando el
crecimiento de las fuerzas productivas sociales.
Como
decía en mi anterior apunte, los datos son relevantes y como este
dato no puedo demostrarlo, grosso modo, tengo que suponerlo entre un
periodo de tiempo que iría desde el momento en el que el capital
productivo, que fabrica objetos materiales con valor de uso, es el
capital dominante y el capital especulativo tendría una función
secundaria. En la actualidad, la economía está determinada por la
preponderancia del capital especulativo contra el capital industrial.
Entre estos dos sucesos, que se puede establecer entre los años
setenta del siglo pasado y la actualidad, se ubica el punto de
inflexión. Quiere esto decir, que en la actualidad, la economía
beneficia, en una medida sin precedentes, a una minoría de
riquísimos propietarios, y que, socialmente, el beneficio, para el
resto, la mayoría, para la humanidad, es anecdótico.
Un
amigo me fustiga, — no tengo muchos amigos, y entre ellos, no hay
ninguno que sea incondicional, respecto a mis opiniones políticas,
por lo que, cuando nos vemos, me chinchan, llevándome la
contraria. Decía que un amigo, que está leyendo el libro del señor
Piketty, y que ha prometido pasármelo cuando lo lea, refiere que
encuentra cosas en la que coincido con él, así que, picado por la
curiosidad trato de buscar elementos de la afirmación de mi amigo y
encuentro, en internet una larga entrevista
que el editor Fontevecchia le hace Thomas Piketty, asi como otra en
la televisión pública argentina.
La
entrevista de Fontevecchia me parece suficientemente interesante como
para poder hacerme una idea del libro de Piketty, y la primera cosa
que aprecio es su cuidado por no incordiar,
por mantener una posición profesional, alejada de politiquerías,
y esto es una diferencia notable con Marx, que sí tomó posición
frente al capital, y en ese sentido, EL CAPITAL – en el
siglo xix – me parece mucho
más clarividente que el
capital, en el siglo xxi – de
Piketty –,
porque Marx, pese a no tener la abundancia de datos, que el de
Piketty, dice poseer, si tiene los conceptos claros, que Piketty, en
la entrevista, no define, al menos para rebatir el concepto de la
duración en el tiempo, del sistema capitalista, la obsolescencia, la
durabilidad del invento, o sea, EL CAPITAL de Marx no solo ubica el
capital en un momento concreto, sino
que lo ubica en relación al modo de producción que lo contiene,
cosa que Piketty insiste en definir su libro en relación al presente
siglo, confiando en que el modo de producción, aún tiene larga
vida.
La
equidistancia que él trata de mantener para no ser etiquetado me
parece de una afectación irreal, porque es imposible desligar los
sucesos económicos de los intereses de clase, la propia entrevista
está etiquetada con las palabras poder y honor, y la ciencia carece
de honor, o el honor de la ciencia es su poder para demostrar sus
predicciones, sin eso, la ciencia no es tal, es magia irreal, por lo
tanto, su exquisitez evitando
hablar de explotación y crimen,
que eso es el distanciamiento de la economía cuando oculta que si r
> g el excedente es el resultado del expolio, es siniestro porque,
ese rendimiento, cuando el capital productivo era determinante, aún
podía tener sentido – ¿de donde salían los beneficios cuando en
el siglo xix el Reino Unido y Francia estaban por debajo de la tasa
de retornos, porque tenían deficit comercia?, pues del expolio
colonial –, pero cuando el capital especulativo ha pasado a ser
determinante ¿qué es?: son los ochenta multimillonarios, con una
tendencia progresiva a seguir detrayendo dinero para pagar
excedentes.
Desligar
esta parte, presentando los hechos económicos sin el entramado de la
ideología que glorifica el dominio, el poder, el afán de imponer
normas y modelos, porque la imposición va a beneficiar a una élite,
cuyas clases dominante, en el proceso histórico, se copian unas a
otra en el oficio de mandar, de disponer, de decidir, es dibujar un
cuadro mágico, sin relación con el sufrimiento humano. Desligar el
dolor, el sufrimiento, la miseria, el espantoso derroche de trabajo
humano, que decía Marx, que sí empatizaba con los débiles, se
parece mucho al fascismo, aunque, él, Piketty, no lo sea, ni crea
que al separar la ciencias sociales del dolor, se acerque al
fascismo, pero la realidad es, exactamente, esa; cuando se puede
pasar por encima del sufrimiento porque los objetivos son los que
cuentan, hay que preguntarse y preguntarle al poder, ¿a quien
beneficia? Porque si ha de beneficiar al conjunto, queremos ver
resultados, ahora; queremos que haya una correspondencia, que si los
de abajo están escatimados, los de arriba guarden una compostura, y
no una exhibición de despilfarro obsceno, porque esa exhibición se
hace ante el pueblo, fuente
de poder y legitimidad,
constantemente, burlado.
El capitalismo, en su
desarrollo, tiene un comportamiento que está ligado a una forma de
hacer, mercancía, y al igual que ella, política, historia
subyacente, y la mercancía abundante, la baratija que se ofrece para
el consumo masivo de la gente, con medios de subsistencia limitados,
es de usar y tirar. Este proceder es la manera habitual del
comportamiento de la burguesía, usando recursos naturales y humanos,
como si estos fueran ilimitados, cuando al hacer esto, el obsceno
derroche de recursos, que la naturaleza a generado durante milenios,
para poder limpiar el aire y el agua, mediante una flora y fauna
capaz de reciclar los desperdicios, el capitalismo, al derrochar
semejante montaña de recursos, está alterando el patrimonio común,
porque puede hacerlo, es decir, contamina, porque no tiene la
ética necesaria para respetar el patrimonio común, la
naturaleza, y nadie le pedía cuentas.
Semejante comportamiento para
con los recursos naturales, eran aplicados a los recursos humanos.
Durante los siglos xix y xx, los sucesos económicos estuvieron
recorridos por una lucha de clases feroz que atisbaba destellos
fugaces de consciencia, produciendo teorías políticas, económicas
y ecológicas, que no han tenido el mismo resultado entre las clases
en conflicto, pues mientras el comportamiento de la élite dominante
ha sido capaz de articular una red mundial que facilita la toma de
decisiones de la clase dominante, que controla la situación
internacional, la ciudadanía mundial, desarticulada porque todo los
factores contribuyen a diferenciar los intereses comunes alentados
por un nacionalismo falaz, tantea el camino sin una dirección
clara, porque no termina de reconocer que dentro del sistema no hay
salidas.
Al terminar la SGM, el bando
vencedor tomo buena nota del funcionamiento del fascismo europeo,
poniendo especial atención en Alemania. Estados Unidos dio cobijo a
un numero indeterminado de científicos nazis en el marco de la
operación paperclip,
porque era consciente, no solo de la potencialidad de los
conocimientos científicos sino también, y esto es un asunto
vidrioso, a un cierto comportamiento en la organización de los
procesos de producción del trabajo esclavo de los pueblos sometidos
por el nazismo, y ese comportamiento despreciativo para con el
trabajo humano ha informado la intima convicción que anima el
concepto de trabajo, de la burguesía, de la economía, en el proceso
de producción, desde entonces, y en este proceso, la creación de
los paraísos fiscales no fue excepcional, sino consecuencia lógica,
porque los economistas convencidos de la deriva del proceso de
producción, sabían que era inevitable un crecimiento, económico y
político de la fuerza de trabajo, así, que cuando ese poder empezó
a tomar fuerza, la intervención conjunta Thatcher-Reagan puso fin a
un proceso que alarmaba a los economistas.
Este complejo proceso es obviado
en la entrevista, por el señor Piketty, como si el fracaso de la
Unión Soviética, se hubiera debido a una economía mal gestionada,
cuando, en realidad era debida a la asfixia de una economía sin
proyección.
En la misma respuesta que da al
entrevistador sobre los problemas de la economía soviética, la
defensa que hace de la propiedad privada como garantía de la
libertad, me parece falsa, cuando según Oxfan, un mínimo porcentaje
del conjunto humano dispone de propiedad, porque el resto es
propiedad hipotecada, controlada, sencillamente es invertir los
términos, porque los expropiadores son los mercados,
los ochenta multimillonarios cuya riqueza equivale a la mitad de la
humanidad más pobre, y me parece importante remachar la diferencia
del mercado, en el origen, precisar que cuando las comunicaciones se
reducían al telégrafo, el mercado tenía un cierto grado de
indeterminación que varió drásticamente, cuando las comunicaciones
son en tiempo real, en las que el capital determina el contenido del
mercado, y no una población desorganizada e inconexa.
Llegados a este punto, en mi
opinión, creo firmemente que el modo de producción de mercancías
se ha convertido en un dilapidador de recursos naturales, sociales,
humanos; es irrespetuoso con el medio ambiente, consume recursos
porque asume que el planeta es suyo, y puede usarlo a capricho, es
irrespetuoso con las personas, mercancías abundante, a la que puede
despreciar, pues de hecho, media humanidad es sobrante, pero
sencibilizados por el horror de los campos de exterminios nazis,
estos tres mil quinientos millones de seres humanos, en la práctica,
están contenidos es campos de exterminios, que son los
países con un grado muy bajo de desarrollo, y precisamente el
hecho de ser países soberano, Estados soberanos,
permiten que ppuedan agonizar delante de nosotros, siendo ingorados
por todos. Esta es la demostración del punto de inflexión, por lo
tanto que Piketty hable de crecimiento – en la entrevista –, en
tal o cual dígito, sin referir el horror de millones de personas que
subsisten en el mundo, es decepcionante, y probablemente, en el
libro, tampoco lo haga, pero me va dejando claro, el sentido del
texto: el capital tiene futuro, aunque a mí, ese futuro no me guste.
De la entrevista, la conclusión
que saco es que el señor Piketty es un buen contable, preocupado por
el futuro imperfecto del capital, pero, desde luego,
tampoco el lo pretende, un revolucionario, aunque sí podría ser muy
importante abordar el problema que plantea respecto a la alternativa
al capitalismo. El hecho de plantearse evitar la improvisación, me
parece lo más positivo. Leeré su libro tan pronto como pueda, pero
El Capital, en el siglo xix, me parece capital.
jmrmesas
tres de agosto de dos mil quince
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