YIHADISTAS,
UCRANIA
¿CUAL
ES EL FONDO DEL PROBLEMA?
Desde
su secuestro, James Foley en 2012 el periodista fue moneda de cambio,
formando parte, junto a los demás rehenes, aún vivos, de ese
terrible estado de tensión, de la hiperrealidad construida para
mantener dominados a los pueblos. Aproximadamente pocas semanas
después el senador por Arizona John McCain se entrevistaba con la
élite de los terroristas del EIIL -Estado Islámico de Iraq y
Levante- como parte de un plan tendente a a controlar Oriente Medio,
como se ve en la foto, que tomo de acción 13.org.co, y estos de la
red voltairenet.org., en esa reunión se estaban delineando ese
control, que con tanto descaro, la doble moral del poder, practica el
superimperialismo, guiado por Estados Unidos.
Desde
las cruzadas papales del medievo hasta las guerras de religión en
Europa (siglos xvi al xviii), entre católicos y las diferentes ramas
protestantes, tales guerras encubrieron intereses más a ras del
suelo, que delirios espirituales para agradar al Altísimo. El
Estado Islámico no es diferente, por mucha invocación a Dios que
hagan sus guerreros, en realidad, una mezcla de elementos
desclasados,
aventureros y psicópatas, puestos sobre el tablero por los
servicios secretos de Estados Unidos y el Estado de Israel para
controlar el petróleo, las rutas y un territorio
estratégico. Todo el ruido mediático al rededor del Estado
Islámico no sirve más que para desviar la atención de este asunto; por
muy repugnante que sea un degüello, no es menos
repugnante matar desde una consola controlando un avión
teledirigido; es delirante pensar que tal grupo pueda ser algo
más que una banda de asesinos; que puedan construir algo positivo
capaz de aliviar el dolor, capaz de acabar con la explotación; una
nueva civilización no se hace postrándose, sino trabajando,
estudiando, investigando y descubriendo, no
prohibiendo la química, por ejemplo, o legislando
en los territorios liberados leyes contra las mujeres
obligadas a la mutilación
genital sin embargo, merece la pena analizar el
rápido crecimiento de afiliación de sus componentes; el psicólogo
John
Horgan de la universidad de Massachusetts-Lowell,
estudioso del comportamiento del terrorismo, concluye que el
sorprendente crecimiento se debe a la enorme frustración generada,
unida al deseo de los individuos de dar sentido a sus vidas
haciendo algo grande, es decir,
todo un ejemplo de un sistema que no genera más que decepción,
angustia y penalidades; está retratando una sociedad
global en descomposición, para
la que no existe una alternativa, natural,
porque el desarrollo humano traspasó los umbrales de lo natural y a
partir de aquí, todo ha de ser medido y contado, y eso no puede ser
tarea de unos iluminados,
si así fuera, ¿no sería la confirmación de que ni siquiera somos
semejantes?, y esa desigualdad,
aún no está demostrada.
La izquierda debe de tomar nota de todos estos avisos, pues mientras
los poderes fácticos de la banca internacional y las grandes
empresas, no cesan de expropiar a los mismos pueblos, las mismas
naciones, que los gobiernos sujetan -en realidad, gobiernan para
ellos- rindiéndose ante los grandes, con el argumento falaz de una
legislación internacional que hay que respetar, cuando los
poderosos no hacen sino burlar, la misma ley que los gobiernos son
incapaces de hacerla cumplir, a banqueros y grandes empresas.
Que
la izquierda entienda la dimensión internacional de la lucha de
clases es importantísimo para generar un discurso diferente, ya que
sin cambiar el actual discurso será imposible agrupar a las huestes
deseosas de lanzarse a cambiar el mundo, porque este sistema no
genera más que penalidades para los pueblos, mientras los poderoso
se construyen paraísos en medio de la miseria. Pero, ¿qué
significa cambiar el discurso?
Cambiar
el discurso significa llevar al seno de la sociedad que esta -ella
misma- es la autentica creadora de la riqueza, que ella misma
es el artífice del progreso, y que ese trabajo callado y en su mayor
medida, anónimo es la verdadera razón del progreso, de ese progreso
que nos ha ido separando de la naturaleza, en la lucha por
humanizarnos, por hacernos independientes de las inclemencias
naturales -mientras el resto de seres vivos se doblegan ante ella, la
naturaleza-, y que en ese proceso, siempre ha habido quien se ha
arrogado la decisión de tomar iniciativas, siempre,
amparándose en el uso de la fuerza, y que hoy se
encubre mediante esa trampa que consiste en endeudar a las naciones,
a las familias, porque, nada mejor para ejercer el control sobre el
pueblo, sobre la sociedad que la idea de que son dependientes, menores en
entendimiento, llevando a la conciencia de las gentes la idea de
que son deudores, culpables de endeudarse, cuando todo
ello es y ha sido un cálculo urdido desde el origen de los tiempos
para dominar a las mayorías, ¿cómo si el poder reside en el
pueblo, el pueblo es el deudor? ¿De quien? Es un contrasentido
proclamar que el poder reside en el pueblo, impartiendo en su nombre
justicia, y al mismo tiempo exigir a la fuente de legitimidad,
su empobrecimiento, sometiéndose a una exigua minoría de
administradores, autoproclamados propietarios. Este discurso
es revolucionario y es el discurso que rompe, de lo contrario, sin
esta base ideológica, ¡como
todas las leyes!, que hay que convertir en ley ¿cómo se puede luchar contra la deuda pública?,
cualquier intento de luchar contra la deuda estará vacío de
contenido, falto de coherencia, ¿cómo se puede argumentar que ya se
pagará cuando remonte la economía? Y, ¿volver a las andadas?
Cambiar
el discurso, igualmente, significa explicar, por activa y por pasiva
que esta política es una política diseñada por el
superimperialismo tendente a ejecutar ese sometimiento, que
consiste en quitar poder a las naciones privatizando servicios,
bosques, terrenos, acotando libertades y derechos,
y luego ya veremos como dar otra vuelta de tuerca; luego es posible
que vuelvan los hijos descarriados, guerreros de Dios a
reclamar esas propiedades para Dios, y Dios no dirá nada, porque
Dios siempre habla por boca de un humano interpuesto, pero en la
civilizadísima cultura occidental han hecho falta veintiún siglos
para que un papa se atreva a condenar el sistema, diciendo
— El sistema mata — y no creo que eso pueda ocurrir en el islam
en estos momentos.
Entender
esa enorme vacuidad, esa terrible frustración es lo que necesita la
izquierda internacional, pero sobre todo, la izquierda de Europa si
pretende realizar una política favorable a los intereses de los
pueblos, porque será, a partir de ahí como se podrá empezar a
organizar y articular un programa de transición para llegar a una
sociedad nueva.
Empezar
esa política quiere decir romper el esquema diseñado por la
dirección estadounidense para introducirse en Europa
convirtiendo a esta en otro Estado más de la Unión, y así
lograr un respiro de su endeudada economía al ampliar su mercado,
ya camino de los 18 billones de dólares, y no es solo económica, la
grave situación por la que atraviesa Estados Unidos, pues los
sucesivos enfrentamientos de la ciudad de Ferguson, en días
pasados, contra la brutalidad policial, que no es un hecho aislado,
pues en el mismo Estado de Misuri, a pocos kilómetros de Ferguson
era acribillado otro joven negro, y en el mismo Nueva York, unos
pocos días antes, moría otra persona, también negra, estrangulada
por un policía, aun cuando el asesinado se quejaba agonizando,
mostrando esto una sociedad en descomposición, un panorama muy poco
favorable a cualquier remonte de la economía estadounidense.
Pero
aun más inquietante es la
huida de capitales privados -153 500 millones de dólares-
mientras las entradas de capital eran de 33 100 millones, y eso no es
lo que dicen quienes cantan eufóricos, que Estados Unidos ha salido
de la crisis creando empleo, es decir, los gobiernos pueden pintar el
cuadro que quieran y manejar las estadísticas para que cuadren
algunas cifras, con las que justificarse ante los ciudadanos, pero ni
a EEUU le va bien, ni a la UE le va mejor, incluso Japón no termina
de reponerse del cataclismo de Fukushima, lo que viene a significar
que si no se tomaron las medidas para controlar las finanzas
internacionales, ¿cómo se puede esperar ningún tipo de repunte?,
son cantos de sirena para distraer al personal, así pues, de nuevo,
Europa se convierte en la clave del arco, y esa clave es la guerra
civil que tiene lugar en Ucrania.
En
Ucrania se desarrolla un combate que va algo más lejos que la
independencia de las regiones pro-rusas, pues en Ucrania hay un
sentimiento profundo contra la corrupción que en las zonas dominadas
por Kiev se matizan con el nacionalismo y en las zonas pro-rusas se
cubren con una cierta reivindicación de la URSS, razón por la cual,
parece que hay una cierta necesidad de que los pro-rusos sean
derrotados antes de llegar a algún tipo de acuerdo, y si eso llegara
a pasar sería muy difícil organizar una respuesta de la
izquierda contra el capital financiero internacional. La
izquierda radical europea debe de apoyar ese sentimiento ucraniano
contra la corrupción, en ambos lados, condenando la
intervención USA en Ucrania, y la dependencia sumisa
de la UE, exigiendo
la paralización de la guerra del golpe de Poroshenko, porque la
destrucción que está produciendo la guerra civil de toda la
infraestructura ucraniana en realidad encubre una estrategia de
Estados Unidos, ya que la reconstrucción de Ucrania será la
eliminación de toda la industria ruso-soviética, de tal
modo que suponga la introducción de las empresas americanas,
como un refuerzo de los planes del tratado transatlántico
-TTIP-, perseguido por Washington como una ampliación de su
espacio comercial, y si esto llegara a suceder, creen Syriza,
Podemos, el Front de gauche, Izquierda Unida, etc., que habría
alguna posibilidad de organizar una política favorable para el
mundo.
El
capital financiero internacional y sus empresas ha globalizado el
mundo, y si como está sucediendo, el sistema está en
descomposición, esa descomposición es global y la alternativa,
igualmente ha de ser global. Eso es lo que quiere decir el avance del
yihadismo, gente que quiere luchar dando sentido a sus vidas,
que el superimperialismo y sus servicios secretos canalizan hacia un
terrorismo sin esperanzas, o acaso creen que los banqueros y sus
secuaces solo se dedican a pasear en sus yates; en realidad conspiran
contra las naciones.
jmrmesas
veinticinco
de agosto de dos mil catorce