SOCIEDAD Y BENEFICIARIOS
AL
SISTEMA CAPITALISTA LE SOBRAN
CINCO
MIL MILLONES DE SUBHUMANOS QUE NO SE PUEDEN ACHATARRAR
Seguro
que esto puede parecer un desvarío, pero si se analiza el problema
en el contexto en el que está transcurriendo el proceso vivo la cosa
no parecerá tan disparatada. La lógica del capital es producir al
mínimo coste, para obtener el máximo beneficio, y cinco mil
millones de seres humanos, obligados a subsistir con una media de
menos de dos dolares diarios, es un factor de coste, que no produce
ningún beneficio, y además, consumen, pero que, sobre todo, son un
peligro potencial en todos los aspectos y por lo tanto, un peligro
que habrá que eliminar; el problema estriba en que eliminar 5 mil
millones de personas es una tarea que dejaría corto los métodos
nazis de matanza industrial, empleados en los campos de exterminio,
por el régimen del nazionalsocialismo, pero Estados Unidos, que se
quedó con una parte importante de los científicos nazis, también
se quedó, con toda la metodología que llevó a Hítler a diseñar
una sociedad basada en la mentira, el espionaje a sus nacionales y el
adoctrinamiento, y una parte de los intelectuales que no estaban
manchados con el exterminio, y que
tuvieron acogida en la sociedad que surgió tras la SGM.
Bordeamos
peligrosamente una guerra mundial, que como no podía ser de otro
modo, el escenario principal, que se está considerando, con mucho
detalle, habrá de ser el viejo continente, Europa; sin la sumisión
de la población europea, cualquier maniobra capaz de poner en marcha
la eliminación de una población mundial, que excedería a más de
la mitad de la humanidad, estaría condenada a fracasar. Tal
perspectiva está mandando señales en todas las direcciones, porque
la magnitud de la tarea excede las posibilidades de un gobierno
concreto, y esto es así, porque para los ideólogos incrustados en
el sistema, que defienden la vigencia y preeminencia del uno por
ciento de la población, está claro que el modo de producción de
mercancías está acabado; que este es incapaz de soportar el
mantenimiento de la vida; que para ser el soporte vital de la
humanidad, el sistema tendría que cambiar completamente, y si esto
hiciese, los cambios, afectarían profundamente a toda la estructura
y superestructura, y en este cambio, el uno por ciento, dueños del
mundo, serían los perdedores, que pasarían de ser dioses, a ser
simples ciudadanos, sin más derechos, que cualquier otro.
El
agotamiento del sistema es evidente para todos los analistas, para
todos los sociólogos e investigadores de diversas disciplinas que
siguen el día a día del proceso, y que ven la imposibilidad de
combinar el desarrollo de un proceso que se ha ido configurando
lentamente, en el transcurso de la historia de la humanidad, que ha
condicionado el proceder de los seres humanos, sin apenas variación,
con la dinámica, cada vez más acelerada de las ciencias y de la
aplicación de las ciencias al proceso productivo; que para hacer
posible tal combinación, hay que desmontar mucho mito, mitos, que
para una parte considerable de la sociedad son eso, mitos, pero que
en la medida que tales mitos siguen manteniéndose - Dios, patria,
raza, etc. -, se aceptan y en cierto modo son unos diques de
contención, difíciles de substituir, sobre todo, porque la
alternativa al sistema, el socialismo, era peligroso porque al
atacarlos, desvalorizaba al sistema capitalista, sin ningún ejemplo
práctico que sustentara la alternativa socialista, por eso, cuando
antes de la PGM, al votar los créditos de guerra, los parlamentarios
socialistas se dejaron llevar del mito patriótico, comenzó un
declive ideológico que se ha ido agrandando, hasta no ser más que
un concepto vacío, que se puede llenar con cualquier enunciado sin
relación con los principios.
El
agotamiento del sistema es de tal magnitud que en la reunión del
Banco Mundial, que ha tenido lugar recientemente, el drama del empleo
ha sido un capítulo debatido como una crisis global que debe ser
abordada de forma conjunta, y para la creciente población se hace
necesario crear, globalmente, 600 millones de empleos, antes de 2030,
aunque no hay varitas mágicas para ello. Esto no solo
confirma el agotamiento del sistema, sino que, indirectamente,
reconoce que sin variar las estructuras sociales – varitas
mágicas –, no es posible la creación de esa fuente de
utilidad.
FUENTE DE LEGITIMIDAD ¿FUENTE DE RIQUEZA?
El mapa que muestro está tomado de Público, que a su vez lo ha bajado
de una publicación de Estados Unidos, y que por muy incompleto que
sea, pues la banca no está representada, cuando en el actual momento
histórico del capitalismo, el capital financiero es el autentico
dueño de la situación (reflexionaré, para mi consumo, que el
capital financiero es la alianza del capital industrial y el capital
bancario), y por lo tanto no se explicita, por ejemplo, los lazos de
las empresas de Amancio Ortega con los bancos, y que participación
hay entre los bancos y las empresas, de este empresario, pero de
acuerdo con el informe de la universidad de Zurich, el esquema es que
alrededor de la empresa principal se desarrolla una maraña de
empresas clientelares con una participación suficiente, capaz de
garantizar una determinada cuota de poder a la casa matriz.
Políticamente
está aceptado que la sociedad es fuente de legitimidad, porque el
poder viene del pueblo, y no de cualquier otro lugar; sin embargo,
una vez enunciado, nadie insiste en que este hecho tome carta de
naturaleza en las conciencias de los ciudadanos porque poner en valor
el mencionado lema nos lleva a la siguiente reflexión, ¿es la
fuente de legitimidad, fuente de riqueza? ¿Cual
es y donde está el instrumento que expresa la soberanía del pueblo?
El mapa deja fuera de toda duda, que sin una sociedad sólidamente estructurada, conectada y comunicada, no sería posible acumular riqueza, por lo tanto, parece indudable que la sociedad es la principal fuente de riqueza; que sin la existencia de la sociedad, no tendría sentido ni la riqueza ni el poder.
El
mapa también nos dice el grado de injusticia estatal, de un modo
indirecto, ya que la acumulación se muestra por la intensidad del
color y el más intenso corresponde a España, donde está la 4ª
fortuna más importante del mundo, según Forbes; además del dueño
de Zara, también hay otros 25, mil millonarios; en Europa, en total
hay 468, mil millonarios que en conjunto poseen 1,95 billones de
dolares, información tomada de un video que edita la revista.
Otra información nada desdeñable es la de señalar con nombres y apellidos quienes son los beneficiarios del desmantelamiento del primer Estado Obrero; quienes han sido los que se han adueñado de las riqueza de los pueblos que configuraban el Estado soviético. Casualmente,
el nombre del oligarca
más rico de Ucrania, Rinat
Akhmetov,
está ligado, aunque eso no aparece en el mapa, a una baza decisiva
en el golpe de Estado, que tuvo lugar en febrero, habiendo pasando
desapercibido en toda esta batalla, pero al parecer de los 5 mil
millones de dolares que Estados Unidos inyectó en la democratización
de Ucrania, una parte importante fue a parar a los bolsillos de este
oligarca,
hecho que la señora Nuland – que se joda la UE –, aprovechó
para apretarle las clavijas.
Creo
que este sucinto esbozo apunta razonablemente un argumento que
demuestra la importancia de la sociedad como fuente de riqueza, y
como tanto este dato, como el primer argumento, fuente de poder y
legitimidad, es deliberadamente minimizado por el poder poder
político, por lo tanto el conjunto de la sociedad es inconsciente de
su propio poder, y la increíble potencialidad y riqueza de las
relaciones de producción, no regladas, no sometidas a legislación,
fuera de todo convenio de producción industrial y comercial, es
canalizado por el poder político, a beneficio de la élite social
que se apropia de ella y le permite medrar a costa de la sociedad,
enriqueciéndose.
¿Es
posible un vuelco social sin que la sociedad sea consciente de su
propio poder?
No.
De ninguna manera será posible un cambio drástico que permita
cambiar las estructuras que garantizarían la vida de las clases
explotadas porque el poder político, manejado por la burguesía, que
controla las llaves del manejo del Estado, de los Estados, en todo el
mundo, no permitirá, que estos conceptos tuvieran preeminencia en la
enseñanza, ni pública ni privada, porque eso, subvertiría la
esencia del poder político del capital financiero, que es el dueño,
de hecho, del poder del Estado, y el Estado es quien controla el tiempo político, aunque no se presente a ninguna
elección.
¿Por
qué es importante este concepto?
Bordeamos
peligrosamente una guerra mundial, y si esto sucediera, de nuevo, las
masas humanas, estarán haciendo de relleno de una increíble
carnicería, porque nadie se atreve a plantear, ante los pueblos, el
dato escueto, que hoy, como en los previos a la primera guerra
mundial, se le oculta. En aquellos momentos la formidable ascendencia
que tenía la socialdemocracia sobre el conjunto de la clase obrera,
en Europa, le hubiera permitido hacer un llamado contra la burguesía,
contra los respectivos burgueses nacionales, sin embargo, sucumbieron
a los mitos nacionales, por eso, no tengo ningún pudor en llamar
traidores a la socialdemocracia, y modestamente, considero mi
obligación de romper el hilo del discurso oficial, cuando este,
miente con descaro, planteando la reactivación de la economía,
cuando nada se a hecho por regular las causas que produjeron la
actual crisis.
Como
he citado más arriba, los 600 millones de empleo – 600000000 –
que los expertos del Banco Mundial dicen que son necesario crear en
un plazo de quince años, son empleos de alta cualificación, empleos
que convienen en reconocer, afectan y exceden las estrictas
competencias nacionales, demandando una cierta cooperación global
para crearlos. Para hacernos una idea de la magnitud de la tarea,
repartidos a lo largo de los años, suponen crear 40 millones de
empleos cada año, en todo el mundo y eso, suponiendo un reparto
lineal, a un país le tocaría aproximadamente en torno a 200 mil o
220 mil empleos anuales, que en 15 años serían más o menos, tres
millones y pico de empleo por país. Si marchásemos en esa
dirección, no se potenciaría el clima bélico, que las sanciones
puestas en marcha por EEUU, con la complicidad de los dirigentes
inútiles de la Unión Europea, hacen, sino que se buscarían
formulas de cooperación y entendimiento que impulsaran esa creación
de empleo, y que en cierto modo, vendrían a significar, una cierta
modificación de las estructuras que lo impiden. Al no hacerlo así,
se reconoce, implícitamente, que las estructuras han de ser rotas,
por la guerra o por la revolución, y esto es una señal del
agotamiento del sistema.
Las
sanciones contra Rusia se corresponde con el pánico de la vieja
burguesía que domina el mundo, su producción y su economía, porque
el sistema tan estructurado, es incapaz de integrar a las economías
emergentes y a potencias industriales como Rusia y China, pero sobre
todo, por el temor de Estados Unidos a perder su preeminencia en
Europa, ya que la política de Rusia empezaba a tender puentes con
las economías europeas, y eso asustaba al capital financiero USA, en
un momento en el que, el sistema monetario articulado sobre el dólar,
con el euro como amortiguador que está absorbiendo los desajustes y
tensiones producido por un sistema anquilosado, y que el dólar no
podría absorber porque la ciudadanía estadounidense ya está en
unas condiciones sumamente intolerables, dispararía los conflictos
en el corazón de EEUU.
Todo
esto son síntomas del agotamiento del sistema. Señales de alerta,
que son un continuo, que están demandando nuevos enfoques a los
problemas, que desde el inicio de la crisis no se quieren abordar, y
que el capital financiero internacional se niega a encontrar
soluciones de consenso porque la lógica del capitalismo es la
acumulación y la expulsión de la producción de la fuerza de
trabajo, y en este sentido, el empobrecimiento es el método de
lograr aumentar la explotación de la clase obrera, unido a la
privatización creciente contra la ciudadanía, tratando de someter a
la sociedad, a toda costa porque el superimperialismo
euro-estadounidense, es más consecuente con la lógica de sus
intereses.
Es
está lógica la que le lleva a tratar de rediseñar las fronteras de
Oriente Medio, tan desconsideradamente acometido en 1916 por dúo
Picott y Sykes, despreciando la historia y los lazos establecidos
entre etnias y tribus a lo largo de los siglos de dominación del
Imperio Otomano, poniendo en marcha el yihadismo, hasta el extremo de
tener que aceptar que el Estado Islámico, se les ha escapado de las
manos y funciona sin control, otra señal de alerta que emite el
sistema, mostrando el agotamiento, y que
recientemente, la ultima cumbre de la OTAN mejora,
involucrando a los socios de Estados Unidos en una nueva invasión de
los territorios controlados por el Estado Islámico, de tal manera,
que el control del petróleo, en manos de Estados Unidos, se cubra
con las tropas que la OTAN pondrá sobre el terreno en Iraq y Siria.
Esta
misma lógica es la que está tratando de introducir en Europa el
fracking, un método de producir gas natural y petróleo, dudosamente
rentable con un inconveniente peligroso, ya que al descompactar los
terreno tiene la característica de ser sensible a los terremotos,
ampliándolos; el objetivo de tan discutible método, encierra un
doble propósito, compensar una posible restricción del gas
procedente de Rusia, y otra menos evidente, pero muy importante,
destinada a impedir el abaratamiento de la energía, ya que el
potenciamiento del fracking es la negativa del capital financiero que
controla la industria petrolera a reducir la importancia de la
electricidad; reducir la capacidad de producir electricidad, en la
medida que una sociedad avanzada demanda es otra señal del
agotamiento del sistema, ya que la producción de electricidad, en
modo creciente, así como la fabricación de aparatos más eficientes
que demanden menos consumo estriba en dedicar inversión a esta
tarea, cosa que el capital financiero internacional impide, porque al
facilitar el fracking, en realidad se está magnificando todo una
producción industrial basada en el remozamiento del viejo motor de
explosión de ciclo Otto. Una industria que no se quiere transformar
dando entrada a otro tipo de motores, sencillamente, para evitar que
el progreso social se extienda.
LA
GUERRA QUE ESTADOS UNIDOS NECESITA
La
OTAN es el escudo protector con el que se cubre Estados Unidos,
consciente de su necesidad de embarcar en su delirio belicista a los
socios euro-asiáticos del superimperialismo, unido esto a las
sanciones, da idea de la profundidad política del momento, siendo
esto, otra señal del agotamiento del sistema, pero la élite del
capital financiero estadounidense es muy consciente de que su apuesta
belicista, únicamente, ella, será la única beneficiaria, y las
burguesías euro-asiáticas serán las perdedoras, sobre todo,
europeas, más allá de un reducidísimo grupito con el que comparte
intereses. Este grupito considería posible una guerra convencional,
sin armamento nuclear, ¿también química y bacteriológica?, para
presionar a Rusia y que esta aceptase la desmembración de su
territorio, poniéndolo en manos de las corporaciones
transnacionales, cosa completamente descabellada, así que,
únicamente una guerra, puede salvar al dólar, aunque existe la
incertidumbre sobre el alcance y profundidad del conflicto.
¿CÓMO
PARARLA?
El
ejercicio del poder no termina tomando decisiones constatables sino
que afecta a las propias concepciones ideológicas, incluso
sentimentales desarrollando mecanismos psicológicos que permiten a
la élite situarse por encima del bien y del mal, creyéndose que
todo el progreso logrado es debido a sus desvelos – el papel de la
sociedad es subestimado, como es de suponer, en una élite prepotente
– y por tanto – terminan por creerse –, que una guerra pueda
suponer una carnicería es algo inevitable si con ello se facilita
el progreso. La historia reciente tiene ejemplos con toda una
serie de atentados en Europa, realizados por los grupos stay-behind
controlados por la OTAN, y parar esta dinámica pasa por tener claro
una serie de ideas sobre la probable evolución del sistema.
La
primera y más importante es que por mucho empeño que se ponga en
querer hacer los cambios pacíficamente, la burguesía y el poder
político controlado por el Estado dominado por la burguesía,
pondrán todos los medios a su alcance para conseguir un grado de
violencia necesaria que les permita endurecer las leyes. Si echamos
una ojeada a la evolución del sistema desde el 11S de 2001, el
incremento de las leyes antiterroristas han sido una excusa para
recortar libertades, porque su apuesta mayor es la necesidad de la
guerra.
Dicho
esto, es necesario tener muy claro que no se detendrá el proceso
bélico, por el solo hecho de desear que la evolución sea pacífica,
sino que la ciudadanía y la clase trabajadora deben reivindicar su
derecho a ejercer la soberanía compartida, como garantía de que si
el sistema prepara la guerra, la clase trabajadora y la ciudadanía
no combatirán en esa guerra como carne de cañón, sino por sus
propios intereses, y esta tarea pasa, indeclinablemente, por atacar
las finanzas exigiendo su publicidad, ¡no nos vale el secreto
bancario!, y esto quiere decir atacar los paraísos fiscales.
La
esencia del poder del capital financiero es la especulación. Si en
1970 la relación de capitales era setenta por ciento capital
productivo, correspondiendo el resto a la especulación, en la
actualidad la proporción se ha invertido y el setenta por ciento
corresponde al capital financiero. Lograr semejante poder para
desestabilizar un país, o todo un conjunto de países -recortes-, se
logra sacando de la circulación los beneficios, lo que quiere decir,
que a efectos legales el dinero oculto no cotiza, no tiene existencia
legal, pero si tiene existencia para intervenir en los procesos de
demanda de dinero de especulación bolsista, apareciendo de
improviso. Si el dinero oculto, tuviera existencia legal, la
inversión productiva y los salarios repercutirían en una sociedad
más rica, y una población más preparada, culta y comprometida es
lo último que necesita el uno por ciento para su tranquilidad.
No
será posible detener el proceso bélico sin estar apercibido del
increíble poder que una ciudadanía puede tener organizándose
internacionalmente para sacar a la luz la fabulosa cantidad de dinero
oculto, pero una cosa deben de tener claro la izquierda radical
europea y mundial: sus pasos cautelosos no van a sorprender al
capital financiero internacional, porque su peor pesadilla es
precisamente esa toma de consciencia de una masa crítica ciudadana
internacional, que se aperciba de su poder y de sus razones para
demandar la clarificación y publicidad de las finanzas, publicas y
privadas, y contra ella, se previenen.
Es
muy importante este concepto, porque al capital financiero
internacional, al sistema no se le va a sorprender, porque sabe que
la clave de una evolución positiva del momento histórico pasa por
su final como clase rectora, y como cuerpo vivo que es, se resistirá
a desaparecer, incluso si su hipotética supervivencia pasará por un
holocausto mundial, aceptarían el reto – ¡están preparando una
guerra! – porque saben que la elevación de todos esos seres
humanos que viven con menos de un dólar al día, – son
prescindibles –, requiere un cambio de las reglas, y en esas
reglas, su estatus tiene que desaparecer, por lo tanto los dirigentes
que ocultan pudorosamente la necesidad, de expropiar a los
expropiadores, son oportunistas, y por tanto, no son fiables.
Primero, porque sus cautelas ideológico-políticas, no van a
sorprender a la burguesía, y sí van a confundir a la clase obrera y
a la ciudadanía. Segundo, porque como dirigentes han de ser claros
respecto a los principios, y en esos principios va implícito
anticipar que la sociedad que se va a construir, la ciudadanía tiene
que saber por qué se lucha y contra qué, y quienes.
EL
PODER RESIDE EN EL PUEBLO
Este
es el principio, y también, el colofón, pero, ¿qué medios, qué
instrumentos posee la ciudadanía para ejercer
la soberanía?
Cuando
en los años posteriores al final de la SGM, la burguesía decidió
hacer extensivo el secreto bancario suizo, el capital financiero
sabía que el incremento de los beneficios que se derivaban de la
guerra, – en el capitalismo, la guerra no es una fatalidad, sino
que forma parte del proceso de la circulación, como las crisis
cíclicas –, introducidos en la circulación, terminarían
contabilizándose en los balances nacionales de los Estados y eso
conllevaría a tener una sociedad más preparada, menos dócil y más
respondona, así que decidieron, por las buenas, ocultar los
beneficios, con el propósito de impedir el progreso de la mayoría,
por lo tanto, reclamar la condonación, cuando menos, de las deudas
nacionales, no es ningún disparate, solo que esta evidencia, carece
de teóricos dispuestos a asumir la defensa de la causa para la
ciudadanía, y es está, la piedra de toque, que distingue una
política comprometida, de una política oportunista. La ciudadanía
no posee más instrumento para ejercer su soberanía que el derecho a
votar para elegir, en frase de Marx, quien aplastará al pueblo en el
parlamento, por lo tanto, detener la guerra pasa por dotar a la
ciudadanía de instrumentos más sólidos y firmes que unas
elecciones, que, como duramente se comprueba, vez tras vez, los
programas electorales son burlados, en aras de intereses superiores,
tal es la excusa del Partido Popular, liderado por el señor Rajoy,
por poner un ejemplo.
Los
partidos de izquierdas carecen de la solidez teórica necesaria para
asumir el final del sistema capitalista, sin embargo, la sociedad,
como cuerpo vivo genera respuestas que pueden abrir cauces al cambio
inevitable. En el seno de la sociedad se entrecruzan dinámicas
contradictorias, generando síntesis, y de estas dinámicas surgen
partidos y organizaciones que tiran adelante del proceso histórico.
Durante siglos la fuerza de trabajo fue la principal impulsora de las
fuerzas productivas, y esta actitud configuró a las masas como
simples ejecutoras de unas fuerzas productivas dirigidas por una
élite. Hoy las fuerzas productivas son las ciencias y su aplicación
a la producción y los procesos productivos, y estas fuerzas,
expulsan a la fuerza de trabajo; es la dinámica de la acumulación
capitalista. Cambiar esto quiere decir hacer real que la sociedad que
sea, en efecto, fuente de poder y legitimidad, como lo es fuente de
riqueza, y sin un partido, sin una vanguardia que asuma el
agostamiento del modo de producción de mercancías, el proceso puede
ser muy lento, incluso fracasar, porque el capital financiero
internacional, como cuerpo vivo, apuesta por su futuro a costa de una
hecatombe. Podemos carece de la estructura teórico-ideológica
necesaria para liderar este proceso, sin embargo, la ciudadanía se
reconoce en ellos y apuesta por ellos para organizarse y avanzar, y
en este sentido, son una fuerza positiva a la que animar, no en
demérito de las otras organizaciones, sino como un dinamizador.
Los
acontecimientos venideros irán seleccionando que lugar ocupa cada
cual, quienes quieren apoyar lo positivo y germinal, y quien es un
freno al avance.
jmrmesas
dieciséis de septiembre de dos mil catorce