LINEA POLITICA
LA CONFIGURACION DEL
SISTEMA
Mis conocimientos de
informática son los estrictamente imprescindibles para no estropear
la configuración del sistema cada vez que hago algo inusual en el
ordenador, pero a veces, inevitablemente, toco algo que lo
desconfigura, es decir, que no hace lo que se espera que haga, y
entonces me pongo a la tarea de meter en vereda a la máquina para
volverla útil a mis órdenes. No siempre lo consigo, y cuando esto
ocurre, he de solicitar la ayuda de un joven amigo, un crack
de la informática, que lo reconfigura a velocidad increíble, y por
más que pongo atención por seguir el proceso, soy incapaz de
quedarme con él, -el procedimiento- pues su velocidad escapa
a mi capacidad de asimilar lo que estoy viendo.
La utilidad de un
sistema complejo estriba en una buena configuración del mismo para
hacerlo útil a la función para la que se espera que realice, y así,
por ejemplo, el cockpit, la cabina de mando de un moderno
avión, debe de configurarse de acuerdo con la fase del vuelo que
realiza en cada momento; esta reconfiguración no es otra que
posicionar los interruptores y palancas para que hagan el cometido
esperado, y cuando esto sucede, el vuelo transcurre sin novedad.
Pero el sistema político actual, el modo de producción mercantil,
el capitalismo, semeja a esas complejas máquinas de las películas
de ciencia ficción, en la que la nave toma el mando de la misión,
entrando en conflicto con la tripulación, que ha de someterla,
porque en su transcurso, la nave, ha desarrollado su propia
estrategia, que difiere de la asignada, y esta trama atrapa la
atención de la tripulación y la de los espectadores.
Estamos en esa fase de
esta historia, en al que la nave, el sistema capitalista ha
desarrollado su propia estrategia de supervivencia, la cual difiere
total y completamente de la tripulación, pues las decisiones que
toma el sistema han entrado en abierta contradicción con las
necesidades de la tripulación, que ignorante de este punto, cree que
el sistema se ha averiado (en realidad, hay un malvado, adivinen, que
colabora en esta deformación estructural porque saca ventaja,
y contribuye a enmarañar el asunto desviando la atención de la
tripulación, del sistema), cuando lo que ocurre es que la supuesta
anomalía no es otra cosa que diferentes concepciones de la misión,
y el malvado se empeña en decirle a la tripulación que se
equivoca porque viven por encima de sus posibilidades. La cosa
podría ser chistosa pero en realidad es trágica, porque a
diferencia de una historia inventada, es una historia real,
con un increíble saldo negativo para la tripulación, toda la
especie humana.
El sistema de producción
mercantil, el capitalismo, ha llegado a un punto en el desarrollo,
que dotándose de las fabulosas capacidades para alterar el curso de
la naturaleza tan profundamente, compromete el desarrollo de la
civilización, abocándonos a catástrofes desmesuradas, porque una
pequeña minoría se arroga el derecho a decir por el conjunto, y no,
en función de un supuesto bien común, sino haciéndonos tragar su
bien común por el bien común.
Es en este punto, donde
interviene la facultad de hacer entrar en razón a la tripulación,
presentando una línea que confronte el interesado curso del sistema
con las medidas necesarias para que la tripulación vuelva ha hacerse
con los mandos, controlando la nave y aquí, es donde radica el fallo
de la tripulación, empeñada en proponer detalles cuando de lo que
se trata es de proponer estrategias globales porque nuestra
civilización no puede seguir progresando más que a condición de
utilizar toda la ciencia y la tecnología actual, y la próxima que
está por venir, de una manera acorde con el bien común, y este bien
común no puede ni debe ser diseñado por un grupete de expertos,
sino que ese bien común, o es democráticamente diseñado, en un
permanente debate, o será motivo de enfrentamiento, desorden y
luchas a muerte.
LA LINEA
Una línea política es
un conjunto de propuestas para la acción, cuyo principal objetivo es
la de permitir dar salida a las tensiones sociales generadas por el
afán acaparador de esa minoría ávida dispuesta a conseguir toda la
acumulación posible, por lo que, una línea política acertada puede
variar la correlación de fuerzas, permitiendo agrupar una mayoría
social suficiente como para ser la masa crítica capaz de disparar
los cambios necesarios para reconfigurar al sistema, en un primer
momento, hacia un punto que permitiera a la mayoría social tomar
consciencia del conjunto de las necesidades para transformar el
antagónico modo de producción de mercancías, en un nuevo modo de
producción armonioso y de colaboración. Esa línea política es la
que se ha propuesto en este blog desde que tomé la decisión de
decir lo que yo esperaba escuchar desde las filas de la izquierda, de
cualquier lugar del mundo, pero que no conocí, porque, y seguimos en
esas, la acción política de la izquierda se enfoca con una
perspectiva local. Hay reconocerle a los publicistas e ideólogos de
la burguesía haber acabado con el internacionalismo proletario, que
al menos, pretendía tener una concepción global de la lucha de
clases, durante el siglo 19, y que hoy, en la era del teléfono móvil
e internet, no tiene opinión sobre lo que ocurre en el mundo, y
mucho menos, una línea política para variar una correlación de
fuerzas a favor de la ciudadanía trabajadora.
El siglo 20 comenzó con
dos guerras mundiales y una revolución social en el corazón de
Europa, y el siglo 21 ha comenzado desatando la mayor tormenta
financiera, trasladada desde Estados Unidos a Europa, porque el mundo
se ha globalizado mientras que la izquierda se ha negado a mirar esta
incomoda realidad a la cara, porque perdió su identidad al aceptar
plegarse al territorio nacional, para no chocar con la burguesía, y
el hecho de haberse focalizado la batalla en Europa, ni es casual, ni
podía ser evitado, porque las fuerzas puestas en tensión, y estas
fuerzas son la colosal y fabulosa capacidad de transformación que
presta la ciencia y la tecnología actuales, en manos del
superimperialismo, que necesita someter a Europa para tener pleno
dominio de la totalidad del planeta, porque ya no le basta con
reconfigurar el sistema en cada momento, sino que en su delirio,
pretende domesticar a la humanidad y así poder experimentar todas
sus fantasías, por eso, desprecia el sufrimiento humano, como lo ha
demostrado durante décadas pasadas, indiferente ante la atrocidad de
media humanidad malviviendo con, apenas un dólar diario, manipulando
a una izquierda dócil, que ha colaborado, cuando menos, con la
impotencia de considerar la situación inabordable.
El siglo 21 se está
decidiendo ahora, en esta batalla desatada por esa trama de 147
empresas, cuya financiación la proveen esta red bancos -imagen- que
he
citado en otros apuntes, y que controlan la
economía mundial, aparentando respetar la soberania nacional de los
estados, porque necesitan que los políticos a los que susurran al
oído qué políticas han de transmitir al pueblo soberano
pueda esgrimir la supuesta soberanía mientras la élite vacía las
arcas de los estados, sus recursos naturales y humanos, para
contentar así a los mercados.
No todas las sociedades
viven los vaivenes de la tormenta financiera con la misma intensidad
y angustia, sin embargo, España, una nación en la que la burguesía
no hizo su revolución en el momento en la que otras naciones de
Europa, las burguesías respectivas se desligaban del antiguo
régimen, la burguesía española unió su destino al de la corona,
por eso, en España, en esta confluencia de acontecimientos, lograr
la estabilidad política no pasa solo por un cambio de gobierno sino
que lograr esa estabilidad pasa por acabar con un régimen corrupto,
que no es otra cosa que a acabar con una monarquía, que es sinónimo
de corrupción (importa y mucho comprender que acabar con la
monarquía es acabar con un periodo de la historia, comprendiendo que
las personas que han encarnado esa etapa de la historia han sido
instrumentos y que no se les juzga personalmente sino con una
perspectiva distante, respetando su vida y su dignidad personal, como
a cualquier individuo,valorando solo el contenido
historico-político), y en el momento que se vive en Europa,
semejante cambio político trastoca el panorama porque una republica
en España está unida a una Europa federada en el marco de los
Estados Unidos de Europa, porque igualmente, las burguesías
nacionales europeas necesitaban la ficción de la soberanía nacional
para mantener distraída a una ciudadanía madura, pero apartada de
la vida política.
La Unión Europea está
acabada, y todo lo que no sea avanzar en la dirección de los Estados
Unidos de Europa será aplazar una medida que es la única válida y
razonable para el viejo continente, ni el mundo tendrá estabilidad
mientras que este continente no ajuste cuentas con una etapa
histórica de división artificial, toda vez que la producción y la
economía la deciden un núcleo de poderosos financieros, al margen
de las leyes, que es lo mismo que decir, burlando las leyes, porque
los dirigentes políticos de la burguesía se encuentran cómodos en
este estatus, y los dirigentes políticos de la izquierda tímidos e
incapaces de mirar una realidad que les asusta no se atreven a
decirles a los ciudadanos que ellos, los ciudadanos son el soberano
porque son los verdaderos creadores de la riqueza, son fuente de
legitimidad democrática y son los verdaderos financieros del
funcionamiento del mundo porque son los que pagan los impuestos
mientras que la élite los elude, los roba, y los utiliza para
someter a la ciudadanía al chantaje de la deuda, por eso, una línea
política válida, capaz de variar la correlación de fuerzas debería
de hablar, como se hace desde este blog, de erradicar los paraísos
fiscales, pues en esa lucha, como
en la de no pagar las
deudas nacionales es como se incrementaría la fortaleza política
de la ciudadanía, adquiriendo la consciencia necesaria como para
empezar a generar los propios e imprescindibles paradigmas que
terminarían por convertir a la ciudadanía mundial en el sujeto
histórico del cambio revolucionario consciente.
Si este tipo de línea
política hubiese madurado en un partido político, pongamos, Die
Linke, o en dirigentes como Oskar Lafontaine, o en elementos como
Malenchon, incluso en elementos bienintencionados como Hollande, más
aún, en Izquierda Unida, incluso en personalidades como Borrell, el
debate y la organización de la lucha, en estos momentos, sería un
factor de progreso, más la inoperancia de todos ellos convierte la
situación en un pozo negro sin atisbo de solución porque las
políticas miopes y alicortas permite la proliferación de la
confusión, mientras burócratas reconvertidos como Mevedev y Putín
hablan sin pudor de la quiebra de sus bancos chipriotas,
cuando en realidad es la expropiación y el saqueo del pueblo ruso a
manos de sus reconvertidos burócratas en repugnantes burgueses, lo
que debería indignar a la izquierda rusa, si es que queda algo sano,
pero aún reconociendo la dificultad de articular una respuesta
internacional desde la estrechez de los partidos nacionales aislados,
la actual situación no tiene más salida que encarar la respuesta
que la izquierda tiene que dar empezando por asumir que tal respuesta
es internacional y europea en su comienzo, porque desde la derecha no
se puede esperar más que más recortes, más sufrimiento y mayor
empobrecimiento social, cultural y vital, porque ellos temen a la
masa, a la ciudadanía, en la que no ven sus iguales, sino sus
siervos.
Esta es la situación:
arrancar el modo de producción de mercancías de las manos del
superimperialismo, para ponerlo al servicio de la humanidad, luchar
por los Estados Unidos de Europa, luchar por someter al poder
financiero del grupo de bancos sistémicos erradicando los paraísos
fiscales, condonar las deudas soberanas y una moneda mundial, como
factor de progreso; el apoyo decidido a las luchas de nuestros
vecinos del magreb y oriente medio; el apoyo decidido a las luchas de
los pueblos africanos y de otros continentes como único modo de
armonizar intereses, es la política que puede abrir esperanzas a una
ciudadanía, que espera a una dirección audaz para cambiar la faz
del mundo.
jmrmesas
veintinueve de marzo de
dos mil trece