LA POSIBILIDAD DE PODER APORTARRAZONES Y CERTEZASEste continuo choque al que estamos abocados porque vivimos tiempos en los que las viejas estructuras tienen que cambiarse sin ver, desde mi atalaya, posibilidad de mejora, para los míos, el pueblo trabajador, los desfavorecidos, me anima a poner y exponer mis discutibles certidumbres, que poco a poco se han ido abriendo paso en mis entendederas; desde que al inicio de la crisis, esperé encontrarlas en los que suponía más versados y capaces, y persuadido de que el mundo no es malo porque haya malos, sino porque les dejamos hacer de malos y con nuestra omisión permitimos su maldad, contribuyendo, por omisión - con nuestra omisión -, que puedan hacer pasar sus intereses, sus principios como los principios del pueblo trabajador, facilitándoles hacer patria, hacer nación, por esto, creo llegado el momento de no cejar, dejándome ganar por una realidad tan inventada como la mía misma, es decir irreal, porque lo real, el sufrimiento de los más, importa poco a los menos, fabricantes de realidades; creo que se me entenderá el razonamiento ya que no se trata, en términos políticos de una lucha del mal contra el bien, sino de una lucha de intereses de clase, y en esa confrontación de intereses, los más ricos y poderosos camuflan los suyos haciéndolos pasar por los intereses de todos, no siendo esto cierto desde ningún ángulo ni perspectiva, por eso precisamente, cuando se habla de la nación, de la patria conviene puntualizar que la patria del trabajador no es la misma patria que la del banquero aunque hablen la misma lengua, recen al mismo Dios y estén sujeto a las mismas leyes, pues salvo las de Dios, que no podemos preguntarle, la ley no es igual para el obrero que para el banquero, ni en la letra ni en el espíritu.La importancia de estás elecciones pasadas del 20D, están en la posibilidad de alterar las estructuras nacionales, conscientes que de lograrlo supondrá un importante impulso que trastocará en profundidad las estructuras de la Unión Europea, que es, no lo olvidemos, la apuesta de los burgueses europeos de mantener sus negocios para no ser fagocitados por la burguesía de Estados Unidos, y que de ellos, ni de unos ni de otros es posible esperar nada, el pueblo trabajador. La izquierda en España tiene la oportunidad de lograr la legitimidad necesaria para hacer las transformaciones y eso pasa por que el PSOE entienda que la soberanía popular tiene que ser consultada para que los catalanes decidan si quieren estar dentro del Estado español o fuera, como una necesidad de legitimidad ineludible y no solo como una cuestión de ganar o perder escaños.Europa es, dadas las tensiones entre el bloque que lidera la burguesía euroestadounidense y el nuevo bloque de los BRICS, el factor que podría aportar estabilidad defendiendo los intereses del pueblo trabajador, pero la izquierda tiene que aceptar que los Estados nacionales son un obstáculo insalvable porque son los garantes de la Unión Europea y desde ellos al euro, son todos instrumentos burgueses destinados a entorpecer la unidad entre los pueblos; los Estados europeos han generado y generan un entramado de burocracia y clientes que objetivamente al suponer su medio de vida son un obstáculo en la medida que la permanencia de la parafernalia estatal dificulta una integración supraestatal, y los burgueses europeos son incapaces de defender una opción diferente de la que defiende el complejo militar industrial euro estadounidense, porque temen a la propia ciudadanía nacional y este sabe que su opción para diseñar las fronteras en Oriente Medio tiene que anular a Europa, sometiendo a la ciudadanía europea que no debe ni puede permitir que una zona tan sensible como la de nuestros vecinos del sureste sea manipulada para beneficiar a las potencias presentes en el conflicto, y no a los pueblos que la habitan desde el origen de los tiempos, pero más allá de los thinktank de estrategas donde se diseña la política del capital financiero, en los cuales es fácil encontrar concenso, los burgueses europeos, que no están en el intringulis de tales cenáculos de estrategas, y que han de velar sus negocios, saben que las nuevas sanciones a Rusia debilita sus expectativas y endurece las tensiones nacionales, por eso en está situación, el PSOE, que ya abrió las puertas de España a la OTAN, debe saber que sus propios votantes y afiliados les abandonaran, si en esta oportunidad, la izquierda perdiera, porque la política internacional de conjunto, está decidida por el complejo militar-industial y este tiene dos plenipotenciarios de Estados Unidos en Europa y Oriente Medio, la cancillera Merkel y el presidente Recep Tayyip Erdogan.La izquierda es una noción que debe volver a redefinirse porque dada la obcecación de los líderes de los diferentes Estados poniéndose las anteojeras nacionales, cierra cualquier perspectiva de colaboración y Corbyn está en el Reino Unido, Gregor Gysi, en la órbita de Merkel – es mucha la gravedad de la cancillera –, el Front de Gauche esperando que Melenchon sea dibujado en algún periódico que le proyecte, en Italia... ...¿qué hace la izquierda? ¡ah! Ya, están disgustados con la preponderancia de la economía de Alemania ¿Recuerdan los compañeros, los camaradas el internacionalismo obrero? ¿La necesidad del intelectual colectivo, el Partido Internacional para traer la alternativa al caducado y obsolescente modo de producción de mercancías? ¿Que el modo de producción de mercancías no vale más que para concentrar poder y acumulación a menos de 80 personas en el mundo? Incluso parece indecente oír hablar de la cadena de valor de Adam Smith para dulcificar el incremento de valor, como si Marx no hubiese aportado nada, como si los 80 multimillonarios con tanto dinero como tres mil quinientos millones de los más pobres y el 1% con más dinero que el 99% pudiese meterse debajo de la alfombra, como un polvillo molesto.Toda la lucha contra el franquismo, hasta tener un régimen democrático estuvo sostenido, soportado por el Partido Comunista, ¿donde está el partido? No puede permanecer en silencio detrás de Izquierda Unida. Si lo hace es porque no tiene política, porque tener política significa tener un balance de porque son los ex-burócratas rusos y allegados ex-soviéticos los que tienen el dinero y el poder en la Rusia post-comunista, y no vale con que algún militante lo sepa, tiene que saberlo el partido. Se ha de debatir porque sin esa reflexión común no habrá certezas. Sin embargo en el propio silencio que denota la falta de política, porque se perdieron las antiguas certezas alienta una carga de honestidad que es necesaria activar, poner en valor porque necesitamos construir una nueva dirección que pueda llevar luz a este concreto momento en el que el choque entre las superpotencias supone, nuevamente, desestimar la realidad de los más, el pueblo trabajador de Europa, en favor de los que hacen patria, engordando su peculio.La vuelta a la arena política del Partido Comunista de ningún modo habría de ser para competir como un partido más sino como animador de un gran debate con proyección internacional, no como el debate de España, sino como el debate de Europa en el mundo, como el debate capaz de evaluar lo que han supuesto los últimos 150 años en la historia del mundo, como se ha pasado del trabajo con tracción animal a las modernas máquinas computerizadas y como eso afecta al trabajo, a la creación de valor y como esa creación de valor se dispersa para concentrarse en los grandes depósitos bancarios; como en las áreas del conocimiento y la investigación se escatiman los logros soltando la mínima información sensible para que las masas, que no quieren ser masas sino seres diferenciados, sigan siéndolo porque de ese modo son más fáciles de seguir dominando a la plebe, como el libre albedrío es garantía de consciencia, y cómo desde el momento en que la clase obrera empieza a organizarse ha estado presente el sentimiento de solidaridad y el sentimiento de generosidad, ese debate llenaría de sentido la vuelta del Partido Comunista a la actividad política, ese debate podría hacer la síntesis de la división de la socialdemocracia que ha estado presente en el movimiento obrero desde 1914. Esta es mi certeza.jmrmesastreinta de diciembre de dos mil quinceRUEGO DISCULPAS PORQUE LA PRESENTACIÓN ES MUY MALA PERO NO SE COMO
CORREGIRLA
miércoles, 30 de diciembre de 2015
RAZONES Y CERTEZAS
viernes, 25 de diciembre de 2015
REFLEXIONES SOBRE LA NACIÓN Y LA LENGUA
REFLEXIONES
SOBRE LA NACIÓN Y LA LENGUA
Parece
conveniente dedicar alguna atención sobre quienes componen la nación
y si la lengua es el factor más importante en lo tocante a la
nacionalidad porque a mí no me parece que lo sea, de hecho, Suiza,
una pequeña nación – en términos de espacio territorial –,
pero un gigante en cuanto a potencia industrial y financiera, tiene
cuatro lenguas oficiales, alemán, francés,s italiano y romanche;
tiene, ademas, un ejercito formado por milicias, en la que la única
unidad fija y permanente es un escuadrón de alerta y control que se
encarga del espacio aéreo, por lo tanto, no parece que la lengua sea
lo más decisivo en el mantenimiento de la unidad nacional; ni
siquiera Estados Unidos tiene un idioma oficial, aunque el inglés
sea el idioma dominante, por lo tanto, parece conveniente detenerse
en los intereses.
No
hace falta que lo diga, pero el runrún del asunto de la
independencia catalana lo veo como una dispersión de la fuerza del
pueblo trabajador más que como una autentica necesidad del pueblo de
Cataluña, porque como las elecciones expresaron, ni siquiera en
coalición– JxSI–, las sensibilidades independentistas catalanas
tienen mayoría, sin embargo, el sentimiento de tener una identidad
distinta y querer expresarla colectivamente en unas elecciones de
autodeterminación merece tenerse en cuenta. No se trata, como dice
el PSOE, de encontrar la fórmula en la que Cataluña se sienta
cómoda, se trata de zanjar una cuestión que atañe a la necesidad
de aceptar que la soberanía popular debe de ser reconocida como
fuente de legitimidad y eso significa preguntarles, a los
catalanes, si quieren seguir siendo parte del Estado de España o no.
Por supuesto, desde este cuaderno de apuntes, apuesto por la unidad
del Estado, para ser más fuerte en la lucha contra el capital
monopolista y construir la nación Europa cediendo soberanía
nacional para ganar fuerza como pueblo, como nuevo pueblo, en el
concierto mundial.
CONSTRUIR
UN NUEVO ESTADO PARA UNA NUEVA NACIÓN
EUROPA
Si
la izquierda quiere hacer las transformaciones estructurales
necesarias para impulsar la sociedad de forma positiva con un coste
mínimo de violencia, tiene que tener claro que el marco nacional,
que el marco del Estado nacional y el nacionalismo heredado, los
nacionalismos heredados (español, alemán, inglés, francés, etc.,
etc.,) son una trampa que la burguesía cosmopolita (española,
alemana, inglesa, francesa, etc.,) puede manipular para engañar a
los pueblos, porque ese engaño es la garantía de su supervivencia,
primero como burguesía nacional, y segundo como clase que garantiza
la supervivencia del caduco modo de producción de mercancías, pero
haciéndolo así el empecinamiento de los burgueses europeos de
querer mantener los corralitos estatales nacionales fomentan su
propia debilidad, porque la burguesía estadounidense sabe que la
garantía para construir un quimérico futuro, exige acabar con
Europa, en cualquier formato.
Un
ejemplo paradigmático que ha pasado como un soplo porque se
destapan, pero no se abunda ni se ahonda, porque sus consecuencias se
evidencian demostrando que la nación no es sino una cortina que tapa
los intereses de la burguesía, ha sido en estos días, después de
las elecciones del pasado día 20D todos los esfuerzos y todas las
señales que se le están mandando al líder del PSOE para que
permita, al menos, por omisión, gobernar al Partido Popular, y esas
señales, esos esfuerzos los están haciendo los poderosos, poderes
de hecho, que no votaron (como instituciones privadas, aunque lo
hicieran como ciudadanos) el 20D, banqueros, empresarios de dentro y
fuera o el propio presidente de la Comisión Europea, Juncker. La
polarización electoral, a pesar de todas las marrullerías ha
arrojado un empate y ha deshacer ese empate se están empleando desde
la patronal a Bruselas, indicándonos indirectamente que las posibles
transformaciones en España pudiesen arrancar una oleada de análogas
esperanzas en Europa.
El
tiempo, inexorable, puede parecer igual para todos, pero convendría
no perder de vista una cierta noción relativista en cuanto a la
capacidad de encogerse o dilatarse dependiendo de la velocidad, y en
este caso, la velocidad la marcan los acontecimientos y el poder de
desencadenar efectos estructurales que posee la burguesía de Estados
Unidos, afortunadamente, contenida por una parte de su propia
nomenclatura recelosa de la belicosidad del complejo militar
industrial, que denuncia maniobras para activar el espíritu de
confrontación con el naciente bloque de los BRICS, porque de ese
modo se podría favorecer un determinado relanzamiento industrial y
hacer que los negocios funcionen, no es cuestión baladí si tenemos
en cuenta que la propia formación de Estados Unidos se hizo
exterminando a los aborígenes americanos y que su industrialización
definitiva estuvo marcada y está marcada por la industria de guerra,
y esto que, a continuación diré, es de mi exclusiva invención,
pero no me parece creíble el desaforado intento turco de rehacer
el imperio otomano, sin un apoyo ni nadie que sople en algún oído
propicio, sueños de grandeza, con el solo propósito de tener ¿una
cabeza de turco en la que descargar las culpas?; es posible que sea
un desvarío de un viejo receloso, pero sabe más el diablo por viejo
que por diablo.
Es
esta una situación sumamente delicada porque la superestructura
internacional requiere cambios profundos en la medida que hay dos
bloques, el complejo militar industrial euro-estadounidense, de
un lado, y los BRICS del otro, y la posibilidad más racional, que en
mi corto juicio, alcanza a ver radica, precisamente en el objetivo a
batir de la burguesía dominante – la de América del Norte –,
queriendo anular o destruir Europa, pero la posibilidad de convertir
Europa en un factor de estabilidad internacional radicaría
en una unión nueva, en construir una nación acabando con los
Estados nacionales – focos de inestabilidad (me extenderé
someramente trayendo a colación una reflexión de un intelectual
marxista de principios del siglo xx o finales del xix: los Estados
de Europa son resultado de la incapacidad del imperio romano de hacer
tributar a sus ricos propietarios, y en esas continuamos) –, y
esta posibilidad es imposible sin plantear abiertamente que ganarían
los europeos de las diferentes naciones, cediendo soberanía,
evidentemente algo que hace necesario un gran acuerdo porque el
factor determinante sería poco creíble solo enunciándolo: no
ser convertidos en carne de cañón, otra vez, no ser
convertidos en ceniza radiactiva, y esto, que puede parecer un
farol, una fantasmada, es lo que se está ventilando, mientras
se ve como se nuclearizan las fronteras próximas a Rusia;
mientras se pergeña la entrada de la OTAN en Oriente Medio; mientras
se infamia la acción bélica de Rusia, fabricando muertos que son
los de la coalición internacional, que como en el caso demostrado en
Afganistán, no tiene reparo en bombardear un hospital, claramente
ubicado; mientras se llama a los europeos a ir a Siria, para no
polarizar la permanencia en Siria en un duelo ruso-americano.
La
debilidad de la izquierda es su falta de internacionalismo, que no
son las grandes ideas sobre la solidaridad, el sacrificio, la
abnegación sino las más cercanas y próximas. La burguesía tiene
ventaja en este sentido, en este terreno, primero porque como
fabricante, la producción no se atesora, hay que venderla,
deshacerse de ella, a veces, incluso con pérdidas – si fuera
preciso –, y esta visión la enfoca con perspectiva de negociar,
acordar incluso con la competencia, de ahí su visión internacional,
que evidentemente desarrolla entre bastidores, con disimulo, porque
no se debe de enseñar al pueblo trabajador que no todo el esfuerzo
está dentro del Estado nacional, en casa como quien dice; la
burguesía sabe, desde la SGM, que su opción es internacional, pero
esta necesidad la oculta y camufla lo mejor que puede para que su
enemigo de clase, el pueblo trabajador no le copie y no extraiga
conclusiones.
El
Estado nacional semeja un campo disciplinario y la burguesía es
fuerte en la medida que puede controlar ese campo generando consenso
y para lograrlo necesita el apoyo de los líderes sociales,
políticos, sindicales, etc., que, teóricamente, están enfrente.
Ese apoyo es vital para que las contradicciones sociales que el
sistema genera, se diluyan y no se muestren tal cual porque entonces
todo se vendría a tierra; la traición explica una parte, pero todo
no se puede explicar cubriendo a los discrepantes de traidores, la
parte más importante está en la creencia de pensar que las cosas
no pueden ser de otro modo, que el sistema tiene cuerda y que aún
no ha sacado toda su faceta positiva, pero su faceta positiva solo
significan armas más mortíferas, las fuerzas productivas
convertidas en fuerzas de destrucción y muerte, porque los
dirigentes políticos no se atreven a reivindicar para la sociedad
ese poder que la burguesía se arroga para ella, y esta es su segunda
ventaja, la inercia de la historia, la creencia de que las cosas no
pueden forzarse, cuando la realidad es un continuo asalto que se
evidencia en esa veloz acrecentamiento de la concentración de la
riqueza generada.
El
Partido Popular ha perdido, la sociedad en España, que es un reflejo
de la sociedad del pueblo trabajador de Europa es mayoritariamente
partidaria de opciones avanzadas. Una legislatura con un gobierno
popular es un lastre, una terrible imposición que la burguesía de
Europa quiere cargar sobre los trabajadores españoles, como antes ha
hecho con los trabajadores griegos, y en ambos casos porque los
dirigentes políticos son incapaces de buscar consenso, pero las
transformaciones necesarias necesitan ese consenso y no va ha ser un
solo partido, un solo partido puede ganar las elecciones, pero las
transformaciones de la superestrutura de Europa para convertir esta
en una fuente de estabilidad internacional requiere acuerdo, en
principio, de la izquierda, en principio de la izquierda de España
que tiene en sus manos la posibilidad de pergeñar una
circunscripción única reuniendo la mayoría parlamentaria
suficiente para abordar esos cambios, para llamar a los trabajadores
de Europa a apoyarlos, en principio, en España, para conseguir ganar
en Europa. Ahora es el momento.
Citaré
a Stephen Hawking que no solo está en contra de la inteligencia
artificial, sino que además es crítico con el sistema capitalista
para argumentar por qué ahora es el momento. A lo largo de la
historia los historiadores han buscado – buscan – datos para
interpretándolos, darnos una visión de nuestro pasado, como especie
convertida en diferentes sujetos, dignos de hacer notar que hay en
común y en qué nos diferenciamos. En tanto que habiendo diferentes
escuelas – modos de interpretar los datos – vuelcan sus
conclusiones públicamente, la sociedad puede extraer conclusiones
con una determinada certeza de imparcialidad y justicia, pero lo que
era una laboriosa tarea de personas dedicadas a conocer la verdad, al
menos, una aproximación más ajustada, las nuevas tecnologías nos
hacen generar datos en cantidades increíbles que las empresas
privadas pueden interpretar dándoles, como poco, un contenido
comercial favorable a petición de quien tenga dinero suficiente para
extraer la conclusión que quiera: puede que sea legal, pero como
parte de las nuevas fuerzas productivas, la izquierda tiene que
reclamarlas para que tales fuente de datos estén sujeto a un control
social, que la sociedad sepa cómo se usan y con qué objetivos.
Más
aun, los datos biológicos que han permitido conocer la estructura
molecular del ADN de alguna especie determinada, y aún más, del ser
humano, tiene que ser patrimonio de la especie humana en su conjunto
y no podemos ni debemos reconocer autoridad legal ni ética, a nadie,
para poseer, en propiedad el ADN de ninguna especie, y menos aun, la
del ser humano, ni siquiera del científico que haya contribuido a su
descubrimiento, y aun menos, a alguien cuyo único mérito es tener
dinero. Reivindicar esto, ahora es el momento, o habrá que esperar
que la élite todopoderosa cree su hombre nuevo perfecto con
el que sustituir nuestra imperfecta humanidad ¿Teme esto Stephen
Hawking? ¿Su recelo de la inteligencia artificial, radica ahí?
Ahora es el momento pero si la izquierda cree que hay que empezar por
el empleo y la educación, que recuerde la necesidad de arrancar
tributos proporcionales a los que más tienen, y empecemos a
construir la nación Europa.
No
partimos de cero, la lucha por la emancipación de la clase
trabajadora para acabar con la explotación de los seres humanos ha
sido una constante desde que la creación de riqueza empezó a ser
notable para nuestros antecesores en la lucha desde el siglo xviii, y
nombres como los del francés Fourier, o el británico Robert Owen, o
los rusos Ogarev, Herzen, Kropotkin o Bakunin a penas si son
conocidos por una minoría de estudiosos, porque la burguesía y sus
ayudantes se han encargado de desmemorizar la lucha obrera, pero
desde Marx sabemos que la explotación tiene causas estructurales
fundadas en la plusvalía y que este modo de producción tiene fecha
de caducidad que es la carencia de utilidad social de este modo de
producción: el incremento de la industria de armamento y la
especulación financiera desatada que concentra propiedad y
acumulación es el corolario más evidente de este proceso, ponerle
fin ahora, es el momento; de lo contrario, dejar hacer, permitir que
el sistema siga su curso, no traerá más que desgracia, por tanto,
ahora es el momento.
jmrmesas
veinticinco
de diciembre de dos mil quince
lunes, 21 de diciembre de 2015
RELACIÓN ENTRE FUERZAS PRODUCTIVAS Y SUPERESTRUCTURA
LA
RELACIÓN ENTRE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS
Y
LA SUPERESTRUCTURA JURÍDICA Y POLÍTICA
DESDE
LA PERSPECTIVA DE MARX
Echo
una ojeada a una cronología del siglo xix que recoge los hitos
científicos en los cien años de ese siglo y se contabilizan 26
descubrimientos. Considerando la época, donde la prensa escrita y el
correo eran la forma predominante de la transmisión del
conocimiento, y que el conocimiento científico era patrimonio
exclusivo de los investigadores y sus más próximos ayudantes, así
como que las fuerzas productivas estaban en un gran porcentaje
compuestas por la fuerza de trabajo y la tracción animal porque
hasta bien entrado el siglo, la tracción a vapor y el telégrafo no
empezaron a tener significación, se puede entender que la estructura
económica de la sociedad, fuera de una relativa estabilidad y
que las leyes, las costumbres pareciesen que habían estado ahí
desde siempre.
Y
sin embargo el siglo xix fue un periodo histórico de grandes
agitaciones políticas y sociales en las que se formaron los Estados
modernos de naciones como Alemania, e Italia, y donde la clase obrera
empezó a organizarse. Los veintiséis descubrimientos, no fueron
cualquier cosa, sino que fueron los elementos, las bases del
conocimiento que permitió el crecimiento acelerado de las ciencias
físicas que un siglo más tarde trastocó toda la estructura de la
sociedad, con una profundidad nunca antes observada.
Se
descubren las leyes que hacían manejable la electricidad, se
formulan las ecuaciones que fusionan la electricidad y el magnetismo;
se define la composición corpuscular de la materia poniendo las
bases de la teoría atómica descubriéndose la particularidad de la
doble manifestación de la luz como onda y partícula descubriéndose
los rayos X y el electrón. Se descubre la periodicidad de los
elementos y Mendeleiev los ordena en una tabla en la que deja huecos
para los elementos aún no descubiertos al tiempo que describe
algunas de las características que deberán poseer tales nuevos
elementos. G. Mendel descubre las leyes de la herencia genética y C.
Darwin hace pública su obra El origen de las especies, que le supuso
serios obstáculos personales.
Las
fuerzas productivas son la base material que soporta la estructura
económica de la sociedad, el conjunto de las relaciones de
producción que permite a los propietarios de los medios de
producción y de cambio, extraer la riqueza producida por el conjunto
social, y esto es fundamental entenderlo de este modo,
porque de lo contrario, se entiende al modo de los economistas, y el
juego de subidas y bajadas de tal o cual concepto, despista al pueblo
trabajador, diluyendo las contradicciones sociales, que
no hace otra cosa que empobrecer al conjunto, como demuestran los
informes sobre la distribución de la riqueza producida; durante el
siglo xix su pujanza aún podía contenerse en los límites del
Estado nacional, pero durante ese siglo se pusieron las bases, como
he apuntado más arriba, para su crecimiento posterior.
Durante
el siglo xix, los descubrimientos científicos, en los diferentes
ámbitos del las ciencias construyeron los cimientos y abonaron el
terreno, para un crecimiento, casi exponencial de las fuerzas
productivas durante el siglo xx, y de ahí hasta el momento presente,
su crecimiento no hace más que confirmarse.
Durante
el siglo xx el crecimiento de las fuerzas productivas
(incuestionablemente, ya la pujanza de las mismas no pueden ser
contenidas en los límites del Estado nacional, saltando fuera de los
estrechos límites que imponen las fronteras estatales, las cuales
pueden contener y limitar a las personas, pero no los procesos de
producción y de cambio que son las consecuencias medibles del poder
de las capacidades de la producción moderna y sus manifestaciones,
que no son otra cosa que los procesos económico-políticos ), podría
decirse que arroja una característica peculiar que no hace más que
tensar las contradicciones entre las clases porque la estructura
económica de la
sociedad, puede decirse, que se modifica cada
década, es decir, las
relaciones de producción empiezan a tener consecuencias terribles,
que no son solo las guerras, evidentemente dañinas, sino las
consecuencias que las modificaciones de los avances científicos
tienen sobre las mejoras de las máquinas y los procesos de
producción, liquidando la fuerza de trabajo, porque las fuerzas
productivas se automatizan y en ese proceso se destruye a la clase
obrera, minando su deteriorada capacidad de constituirse en
alternativa por la traición de las cúpulas políticas.
SUPERESTRUCTURA
JURÍDICA Y POLÍTICA
Durante
siglos los avances, en cualquier orden, eran tan poco notables que
los usos y costumbres sociales, base en los que descansaban los
códigos que recogían tales usos y costumbres dándoles formas de
ley, parecían ajustados a la realidad; como dictados por una
sabiduría superior, digamos que, fabulación mantenida por las
élites poderosas, dictados por Dios, nada menos, convertido en
legislador de tales códigos, tales leyes, habida cuenta de la
extensión de las creencias religiosas y de la estrecha alianza entre
entre la espada y la cruz en occidente, pero igualmente soportado, en
otros ámbitos culturales por la alianza de la fuerza y los credos.
Esas alianzas que daban estabilidad a la sociedad, haciéndolo
siempre (y así se mantiene), en favor de la clase dirigente, el
rey, los nobles terratenientes, y andando el tiempo, la burguesía,
el comerciante, el banquero.
¿Cual
es la importancia de la superestructura?
La
ciencia, en cualquiera de sus manifestaciones y disciplinas, como la
producción es la parte viva de la sociedad, es la transformación,
el movimiento, la diversidad y la concreción, es la dialéctica, el
proceso dialéctico vivo en la que una cosa se transforma en su
contrario, sintetizando los procesos. Por el contrario, la
superestructura jurídica y política es la sociedad cristalizada,
inmóvil, quieta, sin transformación y es en ella donde se recogen
los privilegios de los poderosos dándoles apariencia de ser
principios generales extensivos al conjunto social cuando no es más
que eso, apariencia vacía de contenido. Durante la antigüedad, solo
los nobles eran juzgados, y los protocolos garantizaban una justicia
solo aplicable a la nobleza, pero el pueblo llano, si delinquía era
castigado ipso facto, sin ninguna posibilidad de juicio o apelación.
Es
evidente que la superestructura ha ido experimentando
actualizaciones, pero el
proceso es tan lento que siempre va con mucho retraso, pero la
irrupción de las fuerzas productivas en el siglo xx (baste
recordar que en poco más de medio siglo el ser humano pasó de
construir el primer avión motorizado, que voló unos segundos –
1903 los hermanos Wright – a llegar a la Luna), prácticamente en
tromba, nunca mejor dicho, ha hecho de la superestructura jurídica y
política un lastre causante del enorme desfase, puesto que las
fuerzas productivas, plenamente globalizadas porque sus efectos,
empleelos, las fuerzas productivas cualquier país que las emplea,
sus efectos no pueden ser contenidos en unas fronteras, por ninguna
frontera, y ese desfase es cargado a la sociedad.
Esta
característica, silenciada por los partidos políticos, se convierte
en un asunto de Estado, con el que chalanean los gobernantes,
íntimamente convencidos de la inutilidad de sus negociaciones,
causando un perjuicio y un atraso social, y así, la riqueza generada
por la sociedad en su conjunto se vuelve contra ella porque las
fuerzas productivas no son controladas por la sociedad sino por
propietarios privados que no solo cargan el coste sino que se arrogan
decisiones que corresponderían al conjunto social, como habría de
suponerse, a través de los medios que habrían de establecerse para
decidir opciones que escapan del control estatal.
Es
la superestructura la que ha permitido ha la burguesía, en menos de
un siglo, acelerar el proceso de acumulación y concentración de la
riqueza generada socialmente, que se conocen a través de esos
informes – Oxfan – sobre el reparto de la riqueza, y que prevé
que el próximo año entrante, el uno por ciento de la humanidad
tenga más dinero que el noventa y nueve por ciento restante. Pero
hay más. El alcance y capacidad de las fuerzas productivas, en manos
de una selecta élite, en manos de los burgueses que forman el
complejo militar industrial, tiene una significación especial. La
sociedad, el pueblo trabajador, fuente de poder y legitimidad,
recogida por las constituciones de todos los países democráticos es
REHÉN de un grupo de burgueses que no solo expropian al genero
humano convirtiéndoles en sirvientes, sino que se arrogan poder de
vida y muerte sobre el conjunto del genero humano solo porque nadie
se atreve a cuestionar EL DERECHO DE PROPIEDAD DE UN PUÑADO DE
LISTILLOS que se amparan en leyes que tienen su origen en tiempos
muy, muy lejanos, donde el poder que provenía de Dios no
podía ser cuestionado, sopena de muerte.
Las
fuerzas productivas son una referencia constante en la obra de Marx
que los académicos marxianos silencian, quedando el marxismo
reducido a una interpretación de la economía, mientras permanecen
veladas las contradicciones sociales que revelan como la sociedad
crea la riqueza y a reglón seguido, esta es expropiada y disfrutada
por una minoría, sin que los partidos, abandonando cualquier intento
de teorización – demostración – impiden que el pueblo
trabajador tenga claro que las ciencias y la tecnología aplicada a
la producción y a los procesos de producción, en mano privadas es
un cepo, un dogal, grilletes que le encadenan y le convierten en
esclavo, porque los procesos de decisión se lo han apropiado un
grupito de riquísimos burgueses. El cúmulo de organizaciones
creadas tras la SGM actualizaron la superestructura internacional de
la burguesía hasta el punto de haber permitido a la burguesía, como
clase, aprovechar todo los medios para acumular y concentrar la
riqueza, en los términos que trato de demostrar, mientras que el
pueblo trabajador, la humanidad es ajena a ese fabuloso poder de
manipulación y control que tiene la burguesía, y así, gracias, o
mejor dicho, desgraciadamente, un trabajador, digamos, español, pero
podría ponerse, turco o alemán, podrá creer que la relación de su
burguesía con la de sus países vecinos, o incluso, allende los
océanos es la misma que la que el tiene con los trabajadores de sus
países vecinos, ninguna, cuando, evidentemente eso no es así, como
lo demuestran la sucesión de cumbres
y encuentros oficiales y oficosos.
La
inmovilidad de la superestructura jurídica y política y la falta de
lucha teórica (vale decir revolucionaria) que es lo que impide tomar
consciencia a la ciudadanía, al pueblo trabajador, no entendida la
consciencia como un sentimiento, sino como conocimiento de los
factores y los hechos que ciegan la perspectiva, permitiendo que los
efectos perversos de las fuerzas productivas, que son perversos
porque al estar fuera del control de la sociedad, sin que esta,
obviamente, tenga ningún poder, percibiendo tales efectos como
contaminación, o peligros inherentes a la alteración de los
procesos naturales – la modificación genética, sin control ni
garantía, o el expolio que significa obligar a pagar un canon a
agricultores, porque una transnacional a patentado la simiente, que
empleaban – es la consecuencia del sometimiento de la
socialdemocracia a los intereses de la burguesía, sirviendo de
ejemplo la presión de Felipe González, empujando para que el
partido socialista otorgue un margen de confianza a Rajoy, cuando a
pesar de toda la marrullería mediática oficial, la burguesía, no
ha podido hacer más que tablas,empate,
con la izquierda, por eso, o por esto, la lucha por elevar el poder
de la clase obrera hace necesario romper el marco del Estado
nacional, enmarcando la lucha en la perspectiva original: proletarios
de todos los países, uníos, por eso es necesario construir una
dirección internacional, porque mientras la burguesía actualizó
su superestructura internacional para luchar contra la ciudadanía,
percibida como el enemigo a batir, la clase obrera, el pueblo
trabajador, careciendo de dirección, no le queda sino hacer de
comparsa, carne de cañon, carne de terrorismo, porque sin teoría
revolucionaria no hay revolución, es decir, no hay luchas que vayan
a la raíz de los problemas.
La
superestructura burguesa, actualizada, en cierto modo, también
revela el fracaso de las instituciones legales destinadas a ser
árbitros imparciales
revelando su inoperancia, como es el caso de la ONU, por ejemplo,
cuando Iraq reclama a Turquía porque esta ha invadido su territorio
sin su autorización ni conocimiento y se ha de esperar que Estados
Unidos reconozca que, efectivamente, Turquía no tenia permiso para
hacerlo. Todo esto, y más ejemplos que un lector atento puede
descubrir, es lo que ampara una superestructura jurídica y política
que ha quedado anquilosada en el siglo xix, sencillamente porque las
fuerzas productivas, expresión de la sociedad viva y dinámica, que
salta las fronteras porque está en la dinámica del poder de la
ciencia, choca con una superestructura, expresión cristalizada, de
otra época, porque la clase destinada a ser alternativa que debe de
impulsar un nuevo modo de producción, no antagónico, carece de los
paladines capaces de reclamar para la sociedad, para la humanidad el
derecho a ser plenamente humanos, conscientes, libres, soberanos,
semejantes, iguales, por eso la tarea de nuestra época – aun no
estoy muerto, pero todo se andará – es construir la dirección
necesaria, construir la internacional que deberá alumbrar el futuro.
jmrmesas
veintidós
de diciembre de dos mil quince
sábado, 12 de diciembre de 2015
EL TERRORISMO CONSENTIDO
EL
TERRORISMO CONSENTIDO,
EL
PETROLEO ROBADO, EL AVIÓN ABATIDO, EL TRASIEGO DE LOS REFUGIADOS, LA
GEOPOLÍTICA, EL DEBATE SILENCIADO, ORIENTE MEDIO CONVERTIDO EN
ARIETE CONTRA EUROPA, UNA VISIÓN HOLISTICA DE LA LUCHA DE CLASES, EN
LA AGONÍA DEL MODO DE PRODUCIÓN MERCANTIL.
Como
titular es muy largo y no es comercialmente vendible pero da
una buena idea de cual es el sentido que pretendo dar al contenido.
El
hecho de que la tercera guerra mundial no haya tomada las
proporciones apocalípticas de bombardeos nucleares no debe hacernos
perder de vista que lo que se está planteando en el mundo es un
nuevo reparto entre la vieja burguesía propietaria del capital
financiero dominante y las burguesías emergentes agrupadas en los
BRICS.
El
capital financiero mundial ha estructurado el mundo, tras la SGM
exprimiéndole todo el contenido, como demuestran los diferentes
informes que emiten organismos oficiales y oficiosos sobre la riqueza
producida y su reparto correspondiente, y aunque tales extremos, que
afectan al pueblo trabajador, sin discriminación de nacionalidades,
está ausente de las campañas electorales, siquiera sea como de
pasada pues, de hacerlo, supondría tocar las piedras angulares
de la democracia, es decir, que el pueblo, fuente de poder
y legitimidad, de hecho, no tiene medios para hacer
valer sus intereses mientras que el establisment – los
poderes fácticos (me gusta más este término porque da una idea
más cabal y ajustada que establisment)– subyugan a los gobiernos
para que nos impongan sus políticas de recortes, y en esta dinámica,
la burguesía euro-estadounidense, dueña del capital financiero
mundial que diseñó el complejo entramado de organizaciones
económicas, comerciales, financieras, políticas, ha exprimido al
mundo, de tal modo que cualquier alteración del sistema, basado en
la producción de mercancías no puede ser abordado sin derrotar, en
toda la linea, al conjunto social más preparado, agrupado en el
viejo continente, en Europa; sin este requisito, que, en mi opinión,
no podría tomar la forma de una guerra mundial desarrollada en el
continente, porque su sociedad no lo toleraría, porque lo percibiría
como una agresión indisimulada, se ha diseñado el terrorismo
islamista como un señuelo que vele el fondo de ese objetivo, anular
a la sociedad europea para hacer las modificaciones estructurales que
permitan la supervivencia del uno por ciento y sus cúspide de 80
multimillonarios.
Vayamos
a los detalles. A Turquía le toca hacer de malo –¡cabeza de
turco!–, asumiendo el rol de incontrolado, pero la realidad, como
desvelan los expertos, es que a Turquía habíanle decidido que
debería abatir a un caza ruso porque habría informado al Centro de
Operaciones Aéreas Combinadas de Torrejón (hay dos centros, el que
se ocupa del área norte, radicado en Alemania, Uedem, y otro en
España, área sur, en Torrejón, ambos dependientes de un mando
único, también en Alemania, Ramstein), que se ocupa de saber donde
están sus aviones. El mismo desarrollo de la acción, que emprendió
el gobierno turco ya apuntaba a una decisión consentida, aunque
aparentando independencia.
La
misma continuación del gobierno turco negando conocer la procedencia
del petróleo que atravesaba su frontera y posteriormente, la
decisión de adentrarse, con tropas en territorio iraquí demuestran
que el mantenimiento de la tensión obedece a planes que están más
allá de las capacidades del gobierno turco. Además existen
opiniones que rompen la tónica que se sigue (se seguía) contra el
terrorismo, – al enemigo, ni agua –, es decir, lo único que se
espera del terrorismo es su rendición incondicional, pero estas
voces, discrepan, y la experta, Napoleoni,
y el hombre santo, el Dalai
Lama, aconsejan ¡negociar!, ¿porque el Daesh tiene territorio?.
El silencio de la prensa democrática es francamente
decepcionante, como decepcionante son las vías financieras que
surten los entresijos que lubrican el funcionamiento de la política
terrorista, por gobiernos amigos que no son democráticos, como la
monarquía saudí, por ejemplo y el resto de monaquías del Pérsico.
Por cierto, el territorio del Estado Islámico está en suelo sirio,
¿se pretendería por vía de hechos, lo que legalmente exigiría
dividir un territorio soberano? ¿Por qué negociar con una banda de
asesinos? ¿Por que sabe Estados Unidos que están llegando
terroristas a Europa? ¿Lo sabía Europa y lo callaba?
El
terrorismo es usado por los poderosos para domeñar a los pueblos,
pero como antídoto contra los luchadores obreros, contra los
luchadores sociales tiene sus peligros que son los elementos
radicalizados que sorprenden por su comportamiento sin objetivo: el
apuñalamiento en el metro de Londres, por ejemplo. De ese y de los
elementos sospechosos se encarga la policía con los exiguos medios
asignados. Atentados de más complejidad tienen objetivos visibles, y
los ejecutantes no improvisan, actúan con precisión. Europa es el
objetivo a batir, es decir, la ciudadanía europea tiene que ser
desarbolada para que el sistema pueda seguir exprimiendo al mundo, y
si no existieran antecedentes, esto podría parecer una invención,
pero existe Bolonia,
existe el antecedente de las redes encubiertas stay
behind que demuestran la vigilancia, que sobre la sociedad
europea ha existido por parte del capital financiero internacional,
desde que se produjo una revolución social triunfante, la rusa de
1917, temiéndose, desde entonces, el despertar de una sociedad
madura, democrática, igualitaria y solidaria, y contra ella se
dirige ese señuelo del terrorismo islamista.
Este
terrorismo, como se está viendo, no puede ser reprimido por la
policía, más que una vez manifestado su sangrientos efectos, porque
las causas están fuera de su jurisdicción; es una especie de
diplomacia clandestina, pues obedecen a razones geopolíticas, que no
pueden ser dirimidas abiertamente porque descubrirían la
imposibilidad de arreglo. Las decisiones se toman en gabinetes muy
restringidos y su transmisión depende de agregados en embajadas con
estrechas conexiones con empresas privadas que encubren el
comportamiento de elementos sin aparente vinculación, ni con la
acción desarrollada, ni con la potencia que mueve los hilos.
Sin
ir más lejos, la comercialización del petróleo robado en Siria,
que pasaba por la frontera turca y que salía al mercado y es
comprado por los estados europeos, significando que se está
mirando para otro lado, mientras los acontecimientos siguen su
curso, porque tales acontecimientos obedecen a intereses
estratégicos de clase, que no pueden ser descubiertos.
Oriente
Medio se está utilizando contra Europa, en la medida que los
estrategas de los mercados consideran a la sociedad europea el
principal obstáculo para abordar el futuro del sistema capitalista,
y las noticias
y los informes
demostrarían una estrategia de anular al pueblo trabajador, a la
ciudadanía europea mediante una intensificación del terrorismo, en
donde se diluirían las responsabilidades, y siempre apuntando a
señuelos, como le está tocando a Turquía, en esta etapa.
Todo
el entramado político que se está desarrollando en el mundo desde
la demolición de las torres gemelas del WTC de Nueva York, esconde
el principal objetivo, Europa, aunque donde querían que mirásemos
era, para otro lado, dada la espectacularidad del suceso; ¿no llama
la atención que haya organizaciones civiles que estén buscando
respuestas al desplome de las tres torres, porque las oficiales, no
les convencen? ¿No es curioso que tales investigadores civiles
tengan tan poca audiencia? Disponer los elementos en la dirección
conveniente es la esencia de la teoría del juego, y contra
Europa se requiere finezza,
no se puede actuar a la pata la llana, hay que medir los
tiempos y preparar el terreno, porque hay muchas posibilidades, que
en medio de las maniobras de distracción, se haga la luz y los
desnortados dirigentes sociales tomen en cuenta los verdaderos
motivos de que se están ventilando en Oriente Medio, que no es
simplemente dividir un territorio y llevar tropas, es someter a la
ciudadanía más preparada del mundo, porque el capital financiero
internacional la percibe como su amenaza fatal.
La
voluntad de la burguesía veterana coaligada del complejo militar
industrial euro-estadounidense, que ha estructurado el mundo a su
capricho, está buscando un enfrentamiento porque, entiende que el
mundo le pertenece, y los neoburgueses rusos y las burguesías
emergentes quieren su parte del pastel y eso supone alterar el orden
establecido, por tanto, su demanda de mejores opciones exigen un
nuevo reparto, y eso significa confrontación. Oriente Medio brinda
esa oportunidad porque los problemas inherentes a un territorio en el
que confluyen culturas e intereses que están en los orígenes de la
historia, no los solucionó el trazado de las fronteras que se hizo
en los años 20 del pasado siglo y Siria se ha convertido en chivo
expiatorio para dirimir la confrontación entre las burguesía que
lidera Estados Unidos y Rusia que abandera las opciones de las
naciones emergentes; la lucha contra el terrorismo es el señuelo
porque mientras Rusia combate al Estado Islámico, la coalición que
lidera Estados Unidos, atacan al ejercito sirio – que
tiene la legitimidad –, y la contumacia turca, derribando el
avión e invadiendo Iraq lo que busca es forzar a Rusia a poner
tropas en el escenario del conflicto porque el ejercito sirio,
incluso con la legalidad de su lado, no es reconocido por la
coalición liderada por USA, por lo tanto, recuperar territorio, que
no puede mantener, porque la coalición no lo respeta exigiría una
fuerza indiscutible y esta no sería otra que la de Rusia, por eso,
Estados Unidos reclama insistentemente a sus socios ¿vasallos?
europeos que contribuyan militarmente, en el terreno, queriendo
evitar una polarización EEUU-Rusia.
TEORÍA
Y PRÁCTICA
No
es fácil comprender que los acontecimientos en Oriente Medio no
tienen solución, porque la solución rebasa las capacidades de los
contendientes, como no tiene solución el sistema porque hay una
realidad que se ignora con persistencia, y esa realidad es una
ciudadanía que reclama ser tenida en cuenta, y su núcleo más
capaz, porque está más estructurada, es la ciudadanía
europea, sin embargo cuando intentando comprender se dirige la
atención hacia elementos de referencia, nos encontramos con unas
increíbles imprecisiones y vaciedad que en nada ayudan a clarificar
la escena de los conflictos.
Sin
teoría revolucionaria no hay praxis revolucionaria, por eso, cuando
en la búsqueda de esa luz dirigimos la atención hacia personajes de
reconocida solvencia, la decepción es la característica de nuestro
empeño, porque no encontramos la respuesta buscada sino una finta
que nos impide el golpe en el centro vital; podríamos estar de
acuerdo con Varoufakis cuando en su diagnostico sobre el fracaso de
la negociación griega, o el porvenir de la Unión Europea lo define
como falta de poder de los ministros que han de tomar decisiones,
pero lo menos que se podría esperar de tan reconocido y prestigioso
profesional es una precisión, o cuando menos, una aproximación que
nos aclarase donde radica el déficit de poder, que no tienen
los legitimados actores que deben tomar medidas, porque cuando un
ministro o alguien investido con la legitimidad que da la que otorga
la ciudadanía, teniendo que tomar una decisión no lo hace se debe a
que la resta de poder legal se la han apropiado los poderes fácticos;
cuando un ministro de economía no toma una decisión de su
competencia su déficit de poder lo tiene un banquero, o se lo ha
apropiado una transnacional, Monsanto, por ejemplo, o cuando una
empresa compra tierras, pongamos, en Perú, y causa un desastre, el
déficit de poder del gobierno se lo apropió la transnacional, y
cuando esto no se dice, la ciudadanía, al otorgar su confianza en
cuantas elecciones que se le convoque, siempre habrá un porcentaje
de desinformados que votará confiando en los partidos que defienden
el libre mercado, o lo que es lo mismo, al reducido número
de propietarios que tienen la mitad de la propiedad del planeta.
Es
esta carencia de precisión la que impide que el pueblo trabajador,
la ciudadanía, se entere de donde radican las causas de sus
problemas. Si hay contaminación es porque las empresas – Volks
wagen –, por ejemplo, falsea los informes de sus productos, o
porque las industrias que utilizan toneladas de aire y agua, de un
medio natural, las vierten, una vez utilizadas, llenas de mierda,
porque los ministros correspondientes no exigieron que el vertido de
la materia utilizada, aire y agua, por ejemplo, retornase al medio,
depuradas de contaminación, y entonces, el ahorro, multimillonario
que se embolsan las empresas, se puede esconder en los paraísos
fiscales, desde donde se escaparan, por los vericuetos financieros
como donativos o fondos de reptiles que alimentaran
terrorismos islamofascistas o narcofascistas, porque, cuando se le
pregunta a un notable por las causas, no se puede hurtar la respuesta
comprometida, hay que señalar claramente quienes causan el déficit.
LA
FALSIFICACIÓN DEL MARXISMO
Abundando,
en este terreno, vital, si comprendemos que la calidad de los
problemas acumulados no pueden tener solución dentro del sistema,
que por su propia naturaleza, incrementa la adversidad en la medida
que los problemas acumulados afectan a un numero creciente de seres
humanos, hasta cierto punto, conscientes de su poder, pero faltos de
dirección y perspectiva, nos enteramos que ha habido un congreso de
marxistas, en Pekin convocado por la universidad, a la que asistió
un notable teórico, como profesor invitado, el señor Michael
Hudson.
El
articulo que hace y que dejo aquí
para que el interesado lector pueda reflexionarlo si le parece, en mi
opinión, alejada de la profundidad de tan notables eruditos, me
parece que es un juego floral, en principio porque no creo que la
burocracia china esté muy interesada en ahondar y explicar los
enredos de la explotación del capitalismo y en segundo lugar porque
plantear que, como dice la entradilla, creo que se dice así al
encabezamiento del artículo, que la acumulación de la riqueza está
más relacionada con los medios financieros más que con los
industriales no es exacto, en la medida que se oculta, o cuando
menos, se desvía la atención del por qué ocurre esto.
A
la entradilla le sigue una pregunta que me parece muy acertada, pero
que no logré encontrar respuesta en el extenso artículo; la
pregunta es la que sigue: ¿Ha fracasado el capitalismo industrial
o existe una relación de fuerzas que permite que los rentistas sigan
percibiendo rentas? Esa relación de fuerzas ¿está ligada al poder
político ? Veamos.
Creíamos
que la dicotomía entre renta y plusvalía se había resuelto en la
fusión del capital industrial y el capital bancario, produciendo el
capital financiero. Lo explicaron todos los autores marxistas,
incluidos Kautsky, Lenin, Trotski, etc., pero el señor M. Hudson
cree que no se ha comprendido la circulación del capital porque el
fracaso del capitalismo se debe a la imposibilidad de acabar con los
rentistas. Cualquier lector de Marx nota el énfasis que este pone en
la importancia que las fuerzas productivas tienen como desencadenante
de las contradicciones de clase, pero actualmente ningún autor se
digna mencionar la importancia de las referidas fuerzas, precisamente
cuando estas se han globalizado produciendo un increíble entramado
de canales que ha permitido a la burguesía del complejo militar
industrial euro-estadounidense acumular y concentrar las riquezas de
tal manera que el uno por ciento de la humanidad tiene más dinero
que el 99 % restante, y de ese 1 %, algo más de la diez millonésima
parte – en torno a 80 personas – poseen tanto dinero como la
mitad de la humanidad más pobre, y si esto no responde a la pregunta
de la relación de fuerzas y el poder político, es que somos
completamente estúpidos o que los referentes a los que dirigimos la
atención nos dan respuestas falsas. Desde Marx, sabemos que las
fuerzas productivas tienen la capacidad de llevar las contradicciones
hasta el extremo de fijar las condiciones de caducidad de los
modos de producción antagónicos, pero henos aquí, que cuando las
fuerzas productivas se han globalizado, estando en manos de un
reducido puñado de propietarios que las utilizan en provecho propio,
escatimando al resto de la humanidad sus beneficios, solo el
plantearnos cómo es posible satisfacer tantísima renta, cuando el
trabajo asalariado disminuye, no tiene más que una respuesta, y esta
es la fabulosa potencia industrial desarrollada. Las fuerzas
productivas globalizadas han reducido la fuerza de trabajo a
extremos de insignificancia, y es por esto que las contradicciones
sociales entre estructura económica (que está basada en la
potencia de las fuerzas productivas globales) y la superestructura
(que contiene las formas jurídica, política, filosóficas,
artísticas, religiosas, es decir, la ideologia, mediante la cual,
los seres humanos toman consciencia) no tiene una solución nacional,
local, sino que todas las contradicciones que destapó el siglo xx y
que no pudieron combinarse de forma armónica produciendo la síntesis
impulsora se están materializando en forma de un nuevo reparto del
mundo, porque la clase trabajadora, llamada a acabar con la
explotación, carece de las referencias necesarias porque cuando
busca las respuestas correctas, sus dirigentes, sus teóricos, sus
políticos creen que el capitalismo durará mil años, y eso, no solo
no será, porque como dijo aquel torero, además es imposible.
En
nuestros días, cuando las fuerzas productivas son globales, la
solución al problema de Oriente Medio, como el problema de la
dispersión europea no pueden tener más que soluciones contextuales
y eso significa, en mi modesta opinión, la necesidad de construir
una dirección internacional capaz de plantear estos extremos,
públicamente para impulsar la búsqueda dando cabida, en esa tarea,
al noventa y nueve por ciento excluido.
jmrmesas
doce
de diciembre de dos mil quince
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