jueves, 25 de julio de 2019






EL INDIVIDUO COLECTIVO

TEORIA

La teoría, en términos coloquiales tiene un sentido peyorativo con el que se intenta desvalorizar las explicaciones que van al origen del problema, tratando de formar un cuerpo articulable que nos pueda explicar los conceptos complicados para entender el funcionamiento; el por qué y para qué.

Probablemente Europa sea ahora el lugar con mas posibilidades para que una ciudadanía decidida e informada, convenientemente informada, podría dar un giro copernicano a los acontecimientos si esta dispusiera de los dirigentes sociales y políticos con la voluntad de mirar a la historia con la perspectiva capaz de despegarse del acomodo del sillón, zafándose de la dependencia ideológica del capital financiero, de la presión del complejo militar industrial, y sus agentes nacionales tipo ibex35, pero para eso la reflexión teórica es necesaria para llevar al ánimo de la gente la importancia de los problemas.

Cuando me refiero a la dependencia ideológica de los lideres de izquierdas de la burguesía y su caduco modo de producción, me estoy refiriendo a ese tipo de argumentación que explica la lucha contra la pobreza abogando por la renta básica o los servicios básicos universales, y no, argumentando por un reparto de la riqueza, que les es tan favorable a los poderosos porque esta amañado, trucado, para que puedan acumular riquezas sin cortapisas, como es, por ejemplo, entre muchos otros, la emisión de dinero, dólares, que la reserva federal USA, entrega a los bancos sin coste para ellos —a decir de los expertos, significa un rescate encubierto para la gran banca—, cuando el ciudadano corriente, o pequeño industrial ha de pagar interés; un debate que tiene que hacerse acotando la propiedad privada de los medios de producción, sobre todo en industrias que tienen una incidencia mortal sobre el conjunto de los seres humanos, como es la industria armamentista, o la industria de la bioingeniería, donde el fabricante puede modificar la vida, el contenido genético sin tener que responder ante nadie; donde magnates, capitanes de industria mantienen complejos emptresariales de cohetería espacial (Elon Musk –SpaceX–, Jeff Bezos –Blue Origin–), disponiendo y comprometiendo los recursos del planeta porque les resulta gratis, y no estoy ni se puede estar en contra de la experimentación científica, pero debe tener objetivos y contenidos consensuados por la sociedad, que debería contar con órganos y asesores capaces de vigilar los límites que se traspasan —empresas de resuscitación que experimentan con cadáveres e inteligencia artificial—. Tal debiera ser el origen y contenido del debate teórico.

Un debate que debe poner en el centro y en claro que todos los logros conseguidos por los genios —reales (desde Galileo a Einstein) o fabricados (Steve Jobs o Zukerberg)— se han conseguido por el uso, a beneficio de inventario, que esos genios, que los poderosos, que los ricos, han hecho, hacen y hay que impedir que sigan haciendo de la sociedad, como si esta solo tuviera que asentir y callar, pero es necesario poner en valor y tomar consciencia que sin ese espacio organizado, interconectado con multitud de dependencias independientes que hacen posible la individualidad y la asociación, con los recursos y medios reunidos y compartidos, no existirían ni los genios ni sus genialidades, y por tanto, ésta, el común de sus integrantes, la sociedad, tienen derecho a opinar, controlar y decidir sobre los límites porque aquellos que la desprecian o desvalorizan cuestionan el ser de la historia de la humanización, de la civilización que nos ha traído hasta aquí.

La velocidad con la que la ciencia y la tecnología impulsan los acontecimientos trastoca todos los códigos y valores tenidos hasta ahora como inviolables, definitivos, precisamente porque nunca hasta ahora el ser humano dispuso ni de las fuerzas ni de las herramientas que pudiesen acercarse al cuadro de valores y conceptos sobre los que se ha elevado la civilización y la cultura y si ahora no se ponen en claro, en valor, que el poder reside en el conjunto y no en la élite, la humanidad podría dividirse entre individuos fabricados a la carta que configurarian la elite dominante y la humanidad normal que compondría la servidumbre, los replicantes destinados a ser exportados a los confines de los límites físicos, o imaginados porque es carne de cañón, elementos desvalorizados deshumanizables.

Hoy los límites, que no se quieren mirar forman un buen montón de problemas que se enconan porque se mira para otro lado, como son los límites de los Estados pequeños y medianos, que en la práctica son territorios comerciales, extensiones de las grandes corporaciones, permanentemente avisadas, advertidas de sus competencias, y cuando estos avisos y advertencias no son tenidos en cuenta, la soberanía nacional es severamente castigada por el gobierno mundial. Porque existe un gobierno mundial que opera en los hechos y que no cuestiona ni siquiera la Organización de Naciones Unidas. Las sanciones económicas impuestas por el gobierno trumpiano USA a otros Estados soberanos es la demostración práctica de un gobierno mundial, que el mundo no ha elegido y cuyas decisiones no han sido consensuadas. En los hechos, el mercado —en la práctica, inexistente—, cada vez más controlado por un puñado de grandes empresas y los grandes bancos organizados e interparticipados accionarialmente —existe un informe que patrocinó la universidad de Zurich sobre este asunto— demuestra que el modo de producción está globalizado aunque el presidente USA, Trump, lo niegue porque la realidad perversa de esta mundialización es la de ir inoculando en los pueblos un internacionalismo indeseado que se trata de disimular, pero que estalla aquí y allá y que toma cuerpo de diversos modos en las manifestaciones contra la contaminacion del planeta o contra los rancios códigos sexuales, pero sobre todo contra el deseo de igualdad de las mujeres, a las que el rancio patriarcado quiere seguir dominando, por que este ve un peligroso efecto de arrastre, de sumas de colectivos y minorías explotadas y subyugadas que podrían sumarse a la protesta.

Toda una serie de problemas, unos esbozados aquí, y otros que seguramente se me pasan, debieran ser discutidos y presentados en sociedad por figuras y pensadores cualificados porque esa presentación hecha por intelectuales documentados podría ser el mejor antídoto contra el abuso de las grandes corporaciones, y sobre todo, para prevenir las guerras locales y mundial, que el complejo militar industrial busca, sobre todo, en EUROPA como una salida muy peligrosa pero viable para seguir manteniendo apartada a las fuerzas sociales, cada vez mas conscientes de tener que perseguir la auto organización, como las movilizaciones de los chalecos amarillos que tuvieron lugar en Francia recientemente, para mostrarle a su presidente el profundo desacuerdo con la política económica seguida.

Aludía más arriba como los avances en los terrenos de la medicina y la biotecnología esta en condiciones de preparar individuos a la carta, pudiendo escindir a la raza humana en dos especies, aunque ya, la humanidad está escindida por las abismales diferencias sociales producidas por la rapiña, el bien organizado sistema de expropiaciones que la banca coaligada dirige, y cómo esta posibilidad no se traspasa, no se rompe, no se vulnera (al menos, publicamente) porque existen códigos éticos que suponen límites infranqueables que habitan en el inconsciente colectivo del individuo social.

Este inconsciente colectivo, este individuo social es producto de un larguísimo proceso histórico, en el que el poder dejó su impronta y que se cultivó desde la noche de los tiempos por la naturaleza gregaria, social, colectiva que dio origen a la especie humana. La posibilidad material de reunir a la grey y acceder a la inteligencia, pero sobre todo a los sentimientos, a las emociones configuró ese inconsciente común que este largo proceso fue modelando y que evolucionó muy lentamente, y solo en la medida que la instrucción, la educación, algo muy reciente en términos históricos, y también muy acotado, ha permitido, no obstante la variedad evolutiva, cultural, lingüística, que los seres humanos se puedan entender; la aparición de internet, como quien dice, hace un instante, y las redes sociales empiezan a tener una leve incidencia, que el poder trata de corregir para impedir que una masa crítica pueda configurarse como un poder alternativo.

Como el lector habrá podido entender conceptos firmemente asentados como son las identidades nacionales, culturales, sociales y un largo etcétera están en constantemente contradicción causando tensiones y fricciones por la fuerza que los hechos económicos, en sus variados aspectos imprimen a los acontecimientos, que las élites del capital financiero comprende perfectamente, pero que atizan y magnifican porque sirve para garantizar los intereses concretos de las poderosas minorías que se enmascaran como fervientes patriotas cuando no son más que un hatajo de hábiles ladrones y asesinos de pueblos y razas. Bástenos mencionar el terrible crimen del periodista árabe discrepante Jamal Khashoggi, descuartizado vivo en el consulado de Arabia Saudí en Estambul, y cómo el autor intelectual del crimen, el príncipe heredero –MBS– se ha codeado en la última reunión del G20 con todos los jefes del grupo, sin una mínima crítica.

Esto significa que los Estados nacionales, sobre todo los pequeños y medianos, perdieron su condición de defensores de los intereses nacionales porque estos intereses están mediatizados por las grandes firmas industriales, comerciales, financieras que se mueven por la intervención de leyes económicas supranacionales impuesta por Estados Unidos, que tras la segunda guerra mundial obtuvo la aquiescencia de los burgueses europeos asustados por lo que entonces suponía la Unión Soviética, y que en el transcurso del siglo xx, la burguesía, el capital financiero mundial, de consuno configuró para asegurarse que las contradicciones inherentes al sistema de producción mercantil estuviesen controladas, vigiladas, fuesen previsibles para evitar sorpresas. Esa es la causa subyacente que explica la profusión de cumbres internacionales de todo tipo, de acuerdos bancarios tipo Basilea, de sociedades financieras como SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), de sociedades como la OMC (Organización Mundial del Comercio), una suerte de conspiración contra los pueblos elabotado por los bien organizados THINKTANS que diseñan y presentan estudios, planes, programas sobre las posibles vías y evolución de los acontecimientos teniendo en cuenta factores, tanto económicos, como científicos, tecnológicos y su incidencia en la sociedad y en la política, es decir, evitar la sorpresa requiere de previsión y anticipación.

La élite mundial, ese escaso número de multimillonarios y sus estrategas que se envuelve en el uno por ciento más rico para poder operar a través del complejo militar industrial y las ramificaciones nacionales sabe que su gobernanza mundial tiene que aparentar que existen las soberanías nacionales, algo que parece evidente y comprobable, pero que hace aguas tan pronto como una soberanía nacional choca con la autoridad del sistema encarnada en el pentagoniano complejo militar industrial dirigido por el presidente-delegado (el nombre es irrelevante, pues si no sigue el guión se le asesina y se presenta el hecho como terrorismo).

¿Cómo es posible que el presidente de un Estado nacional (USA) pueda dictar sanciones internacionales fuera del ámbito de Naciones Unidas que no suponen una declaración de guerra porque son respetadas por la práctica totalidad de los gobiernos?

Solo desde una compleja sumisión aceptada por el conjunto del sistema, a regañadientes, y a veces discrepando sin disimulo, pero conscientes del rol de salvaguarda que ejerce el complejo militar industrial, que ventilas sus acuerdos en esa internacional informal que suponen la rondas de encuentros en la cumbre de jefes de Estados y de gobiernos, se pueden entender que el sistema no haya reventado por sus costuras, lo que en los hechos supone un informal gobierno mundial, en el que las alineaciones discrepantes, digamos, la Unión Europea, es hostigada, a veces, sin sutilezas, parar garantizar el rol de Estados Unidos, debilitando (Brexit) todos los que puedan ser molestos.

De todas las condiciones objetivas que el modo de producción de mercancías acumula para poder dar el salto cualitativo la subjetiva es la piedra angular que da todos los problemas. No se entiende, aquellos que quieren situarse del lado de la clase obrera, la terrible la derrota que supuso la traición de la socialdemocracia, de los dirigentes socialdemócratas que se plegaron a las teorías burguesas de la colaboración con el sistema. Aquella traición supuso asesinar el la cuna la naciente consciencia de clase, impidiendo la formación de una concepción de la vida y de la historia vista con una optica diferente a la de la ganancia por encima de todo.

En el inconsciente colectivo se albergan sentimientos contradictorios como pueden ser los deseos y sentimientos de fraternidad e identidad. Uno impulsa a la cooperación, la ayuda solidaria, el otro apunta a la competencia, a la diferencia. Es indudable que prima el segundo sobre la fraternidad, pero la fuerza de los hecho económicos, la fuerza de las cosas, que parecen tener existencia autónoma nos indica, como he tratado de exponer aquí, y en algún apunte anterior, que si los Estados pequeños y medianos han perdido, en los hecho, formalmente son soberanos, poder y autonomía es así porque durante el siglo xx las fuerzas productivas devinieron internacionales, y el hecho objetivo de la globalización, la globalización del mercado y las finanzas, su globalización, con sus secuelas sobre el medio ambiente, y otras lacras, se debe al hecho objetivo de la internacionalización de estas fuerzas productivas y los acuerdos y leyes económicas y financieras que las refuerzan, que no tiene reconocimiento porque choca con la objetividad del sistema por la acumulación y la privatización de los beneficios producidos como conjunto por el sistema.

Esta globalización, su globalización, necesita de los Estados nacionales como una suerte de compatimentación, para la gestión y el control de masas, pues como es fácil de comprobar cuando los Estados soberanos impelidos por la necesidad tratan de acotar el poder de las transnacionales, sean cuales sean, se disparan los reparos y vetos de todos los calibres porque chocan con las libertades económicas, intocables para la supervivencia del sistema. En el transcurso del proceso productivo del modo de producción de mercancías todo el dispositivo económico centrado en la producción se ha evaporado reduciéndose a la industria bélica y a la especulación. Mientras existan los Estados nacionales —que no las naciones— el peligro de guerra es inevitable, y el gobierno informal del mundo, el gobierno en la sombra del complejo militar industrial, necesita de los Estados nacionales y de las guerras locales para el saqueo de los pueblos.

Así, frente a su globalización habría que oponer una globalización fraterna y solidaria que acabara con la industria bélica planetaria y dedicar los cuantiosos recursos liberados a organizar una alternativa basada en la educación y el conocimiento, organizando nuestra estancia en el planeta para convertirlo en el vehículo sostenible que nos lleva por el cosmos.

Es evidente que un gobierno mundial sí podría acabar con las guerras y revoluciones que tienen su causa en la desigualdad de los seres humanos, perseguidas por las élites como garantía de su poder y prepotencia. Que este objetivo sí podría reconciliar al amplio espectro de la izquierda mundial, deshecha por la traición de los dirigentes venales y/o timoratos, pero posiblemente, antes de alcanzar este estadio, el mundo deberá pasar por las asociaciones supranacionales, continentales que serían inevitables para organizar la movilización de recursos energéticos de todo tipo armonizando la convivencia de los pueblos, algo que ahora parece fuera de contexto.

Algo que nunca será posible sin levantar, mejor, sin construir una herramienta capaz de llevar al ánimo de los trabajadores del mundo el convencimiento de que los objetivos son accesibles si se lucha por ellos. Esta herramienta poderosa ha tenido antecedentes históricos en las internacionales obreras y si bien la clase trabajadora está, psicológicamente más dispersa, intelectual y culturalmente está mas preparada para participar y aportar más que en cualquier otro momento, en el pasado. El complicado mundo actual, en el que todo parece ser reconocible, las variaciones habidas merecen ser debatidas porque implican cambios profundos. Comenzando por el aclarar que el modo de producción de mercancías no supone un mero sistema económico sino toda una completa concepcion del mundo, de la vida y de la historia, que pasa desapercibida porque, interesadamente, se reduce a la mera función económica, y esto nunca se tiene en cuenta porque reduciría el margen de maniobras de la economía, enmascarándose en la política y para resaltar este hecho capital se necesita la construcción de la internacional, una nueva internacional.

El afianzamiento de China, de la República Popular, se debe al, en mi opinión, hecho capital, nada desdeñable, que los burócratas chinos se han visto obligados a tener que desarrollar una economía que ha tenido que competir en el mercado mundial por hacerse un hueco y este hecho, que inevitablemente tiene lacras de corrupción porque en todo el proceso habido, la democracia popular se ha reducido al enunciado y a la élite burocrática, ha fortalecido a China, que a diferencia de la suicidada URSS se encerró en sus inmensas fronteras y pretendió construir el socialismo solo en la inmensa Rusia y territorios afines. Al pretender desarrollar la economía sin desarrollar la democracia popular, el resultado fue el despegue de los burócratas de cualquier afinidad con la sociedad soviética que había levantado el colosal complejo industrial soviético y fue a raíz de la victoria del ejercito rojo en Stalingrado, cuando la burocracia, sobrada de soberbia (pretendiendo ignorar la imponente aportación de los guerrilleros, en todos los frentes, en todo el mundo), disolvió la tercera internacional (1943), disolvió el partido de los trabajadores (la tercera internacional), porque pretendía llegar a un entendimiento con los burgueses y cuyo colofón fue el reparto de la Madre Rusia en 1990. Por supuesto, china no pretende exportar el socialismo a ningún sitio, concederemos, que sí a China, pero eso es un objetivo de distracción, el sueño de la élite, no creo que sea ese.

Siempre me ha parecido muy honesta la actitud de Fernando de los Ríos, habitualmente retratado por su informe al Partido Socialista, tras su visita a la naciente Rusia revolucionaria, en este aspecto es el paradigma del intelectual pequeño burgués, aireado con fruición por los anticomunistas, pero su honestidad intelectual se puso de manifiesto cuando tuvo que redactar y defender en el parlamento el proyecto de constitución de la república de 1931 en el que plantea la necesidad de someter la economía a las necesidades de la sociedad, algo que rompe el esquema normal —“economía libre significa hombre esclavo” (algo que ha sido aludido en el reciente debate de investidura fallida)— viniendo a demostrar esa concepción amplia del modo de producción, trascendiendo a la economía, y que hoy enlazaría con las monedas virtuales (el sistema monetario esta carcomido por la desvalorización de dinero, o lo que es lo mismo, la miserabilización del trabajo humano, de la fuerza de trabajo), los intereses negativos, una forma segura de invertir en empobrecimiento, cuando los gestores de los fondos de pensiones tienen que invertirlos en los bonos de la Unión Europea, es decir, el traslado del dinero de la ciudadanía hacia los bolsillos de las grandes fortunas.

Una internacional obrera debería cumplir y rebasar el rol que tienen, para la burguesía los thinktank y su brazo ejecutor, el gobierno del complejo militar industrial, pues la misión fundamental sería la de imaginar las características del modo de producción alternativo al caduco modo de producción de mercancías, debería prever esos macro Estados continentales, destinados a armonizar nacionalidades diferentes, en algún caso, históricamente, enfrentados, enemigos, debería prever las condiciones de movilidad y transporte de las energías y alimentos, con criterios de solidaridad y ayuda mutua y no de explotación i ganancia, debería de prever, proponer y organizar la posibilidad que los ciudadanos cumplieran tareas en las administraciones nacionales, de tal manera que el Estado no estuviera alejado de los ciudadanos, es decir, ir reduciendo el papel de los expertos y burócratas que concentran en sus manos poderes excepcionales.


Construir una internacional obrera debería ser un objetivo que no nos hiciera suponer para un futuro lejano, pues la velocidad de los acontecimientos nos hace pensar que la izquierda no tiene todo el tiempo del mundo sino que es una necesidad apremiante, pues sería el modo de cultivar las posibilidades del imaginario común, el individuo colectivo que necesitará de todas sus potencialidades para prevenir los problemas que las nuevas tecnologías nos traerán cuando estas se diseñan contra el ser humano y no para crear a la mujer y al hombre nuevos. 

jmrmesas

veinticinco de julio de dos mil diecinueve







jueves, 4 de julio de 2019

LA RAYA EN EL SUELO



*** NOTA ACLARATORIA ***

Una involuntaria manipulación de mis cuentas HA BORRADO LA CUENTA QUE DABA SOPORTE A LOS BLOGS Cambiar el Mundo: https://inmeoriankm.blogspot.com y CAMBIAR EL MUNDO: https://inmemoriamkm.bogspot.com.AQUELLOS LECTORES QUE QUISIERAN SEGUIR MIS CONJETURAS PUEDEN HACERLO EN LAS URL  http://unomas-jesus.blogspot.com/ y  jmrmesas.wordpress.com.



LA RAYA EN EL SUELO

INTROITO

La pugna entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no es un simple pulso entre dos personalidades sino que expresa las presiones y pretensiones de fuerzas sociales que quieren tener peso político en el nuevo gobierno. En realidad esa pugna forma parte de una antigua contradicción que viene arrastrando el movimiento obrero desde la división de la socialdemocracia, hace ya un siglo y que esta ligada no solo al movimiento obrero sino al porvenir europeo, al porvenir continental porque sin el decidido paso del movimiento de los socialismos nacionales para confluir y construir los Estados Unidos de Europa teniendo en cuenta el interés de la clase y capas sociales más desfavorecidas, la socialdemocracia será prisionera de la presión de las burguesías nacionales, de las patronales y del interés de la burguesía estadounidense que configura la economía en función de la especulación financiera y la producción industrial en función de la fabricación de armas de destrucción masiva y ese es el efectivo poder del complejo militar industrial, organizando el mundo a su capricho, por eso la Unión Europea se agota con el agotamiento del mode de producción de mercancías, por eso, Europa está agotada, porque esta supeditada a esa política, y por eso, a ambos lados del Atlántico, la ciudadanía no tiene futuro.

Así que ya que todo se ha decidido, me permito opinar sabiendo que mi opinión, discutible opinión, no influirá en el proceso habido, aunque puede que haga reflexionar, teniendo en cuenta que al ser emitida por un individuo, yo, sin vínculos con la militancia organizada y aislado, sin ningún esplendor, tampoco se me podría acusar de hacer astillas del árbol caído, que en caso contrario, o sea, de ser miembro organizado, hubiese sido desleal no emitirla en el acto, porque entonces sí habría supuesto una referencia para el movimiento de la izquierda militante organizada.

OPINANDO

Los procesos electorales habidos recientemente (28 de abril y 26 de mayo), han dejado claro que una amplia mayoría social apuesta por un tipo de política diferente de la practicada por el anterior gobierno del Partido Popular, y aunque importantes y reconocidas firmas han opinado con criterios acertados, a mi parecer no ha quedado claro por qué, en esta etapa agónica del sistema capitalista, la apuesta mayoritaria de la voluntad del pueblo trabajador, del conjunto de la ciudadanía, se haya visto empañada por la pérdida de la alcaldía de Madrid, cuando la defenestrada regidora fue la candidata más votada.

Creo importante hacer notar que todo proceso electoral refleja el grado de la relación de fuerza entre los partidos y el conjunto de la sociedad. En términos generales, la derecha, la burguesía y sus influencers lo fían todo a los medios y a las redes sociales, donde dominan, mientras la izquierda, dirigida por la, diría, élite con la preparación teórica —y al escribirla en itálica quiero significar, sin el compromiso ideológico y político que liga al recién llegado a la política, con el militante comprometido con la lucha por acabar con la explotación de los seres humanos y por tanto, comprometido con valores y conceptos que son radicalmente diferentes de los de la clase poseedora—, que quiere decir, que no puede disponer de los cuantiosos medios y apoyos, de todo tipo, que la derecha sí posee, debiendo basar su práctica en el ejemplo y en el trabajo de campo y al escribirlo en itálica quiero resaltar la necesidad de volcar la lucha, en la movilización social, que cuestiona los conceptos y valores tradicionales, respetuosos de los privilegios del poder—, y ese grado de relación esta, hoy más que ayer, vencido, inclinado, del lado de la burguesía, aunque la ciudadanía, como no podía ser de otro modo, también ha madurado a pesar de los obstáculos, aunque sigue adoleciendo del necesario debate acerca de cual es la alternativa al sistema, que necesariamente pasa por romper con el derecho de propiedad sobre unos medios de producción, que beneficia a una élite burguesa muy poderosa y por lo tanto, esos medios, destinados a reforzar su poder, son cada vez más mortíferos y peligrosos.

Por eso, en los debates electorales habidos en esos días han adolecido de la necesaria profundidad teórica para explicar a los electores del conjunto del Estado español que es lo que se esta cociendo en el mundo, y que importancia podía tener el proceso electoral del Estado español en la situación mundial en estos momentos, porque dado el nivel de integración de la economía mundial, de la dependencia estratégica de la producción de materia prima producida allende las fronteras nacionales de las potencias en conflicto y negociadas haciendo valer el interés de la potencia dominante beneficiaria del reparto de las dos guerras mundiales escenificadas en el territorio de Europa, actualmente, los acontecimientos nacionales —en cualquier Estado— no pueden entenderse de otro modo, sino se ponen en relación con los intereses de las potencias dominantes que consideran a las naciones, a los Estados, como feudos deudores —me permitiré citar, como incontrovertibles, los casos de Irán, Siria, Venezuela, Yemen, o el de la irredenta Palestina— y por qué los procesos electorales recientes de abril (28) y mayo (26), nacional y el continental de la Unión Europea, han supuesto, habida cuenta de las políticas recogidas en esos procesos electorales, podrían haber supuesto un factor muy importante en el tablero internacional(de hecho lo han supuesto, solo que en la contabilidad de la izquierda el saldo neto ha pasado con el valor que el sistema quería que pasara), dado que todos los actores internacionales pretenden —y consiguen, no siempre limpiamente—que las opciones que ellos representan las recojan, los contendientes electorales, como ha sucedido en España, pero también en la Unión Europea, al reforzar la caduca prevalencia del dominio del capital financiero USA, basado en el militarismo.

En esta etapa, cuando el proceso de guerra comercial emprendido por el complejo militar industrial, el pentagonismo contempla la opción guerrera, como única manera de asegura su supervivencia como potencia dominante, el análisis basado en las categorías marxistas resultaría clarificador para evitar reproducir los errores que el movimiento obrero, carente de dirección cometió en el pasado y cuyas consecuencias fueron las dos guerras mundiales que tuvieron Europa como escenario principal, y que el pentagonismo desea como previsible escenario de un futuro cercano, porque el núcleo humano del continente europeo supone para el sistema una masa crítica peligrosa, pese a que nadie, a la izquierda, se atreva a dirigirse, como conjunto, y por tanto, hay que mantenerla fría y separada, para la seguridad del sistema.

En ese histórico pasado la falta de la crítica constructiva, oponiéndose a la dirección entreguista, seguidora de las burguesías nacionales causó una división insalvable en el movimiento socialdemócrata, entonces revolucionario, que aun no se ha cerrado porque las direcciones de izquierdas permanecen enclaustradas en los Estados nacionales porque, probablemente intuyen que no existen políticas nacionales cuando el modo de producción de mercancías se ha convertido en un capitalismo especulativo, precisamente cuando la automatización y la inteligencia artificial certifican que “el intercambio de trabajo vivo por trabajo objetivado, es decir, el poner el trabajo social bajo la forma de antítesis entre el capital y el trabajo es el último desarrollo de la relación de valor y de la producción fundada en el valor” que dicho por Marx, hace casí ciento setenta años está deviniendo en alarmante necesidad, encontrar, buscar la apremiante alternativa. por eso, guardando las distancias, creo conveniente dar mi visión de qué ha empañado la victoria que la ciudadanía del Estado español ha sancionado en los recientes procesos electorales. Al hacerlo me anima el creer que contribuyo al debate ideológico que es preciso realizar para aclarar e impedir tropezar en la piedra de la incoherencia ideológica en la que la izquierda más preparada cayó dos veces en Europa facilitando, aquella incoherencia ideológica, las dos guerras mundiales pasadas, y que ahora, más que antes, podría prevenir, o al menos derivar, la necesidad patológica del militarismo yanki, de salvar su decadente declive, que no es sino, el declive del modo de producción mercantil.

He dicho más arriba, que firmas de reconocida solvencia han abundado en el análisis de la desafcción de una parte de la izquierda, sin embargo creo que no se ha explicado con claridad por qué ha faltado ese millón largo de votos. Ese millón de votos faltaron porque en el proceso político se ha comprobado que los compromisos no son sólidos y fundamentalmente, Podemos y su líder, pero no solo Podemos, también la coalición de Unidas Podemos, también Izquierda Unida, y su dirigente, demostraron ser copartícipes del error de Iglesias Turrión.

Al señor Iglesias Turrión no se le puede discutir ni inteligencia ni capacidad ni preparación ni su derecho a progresar económicamente. No se le puede discutir si su casa es grande o pequeña, en este o aquel barrio, pero se le puede y se le debe discutir coherencia ideológica para mantener los compromisos que asume. El dijo que no se movería de Vallecas, algo que nadie le pidió que dijera, un límite que él, voluntariamente, contrajo, y antes de que se hubiese desvanecido el eco de su promesa, dio el salto. Esa es la incoherencia, eso es, en mi opinión lo que ha causado la desafección del millón de votantes. Un dirigente político, un dirigente político de izquierda tiene que saber que cuando se dirige la lucha de clases, si se anima a los militantes a no ceder, a no retroceder, eso tiene consecuencias que, habitualmente, se traducen en despidos, cárcel y a veces, incluso, la muerte, y si él, voluntariamente contrajo un compromiso, demostró que aquel compromiso fue el recurso de un charlatán de feria, utilizado para vender la moto, y no el compromiso que vas a mantener, la raya en el suelo que no vas a pisar.

Al mantener su error, al hacer que su partido asumiera su error, demostró deslealtad porque él si es un individuo con preparación suficiente para comprender que su error le pasaría factura a su organización, que todos aquellos que le avalaron se desautorizaron, no tuvieron ni coherencia ideológica, ni independencia política personal, capaz de discutir al dirigente su error. Se demostró que el líder lo es todo, y la organización, el partido no existe si no es como mero adorno de una figura, y eso es una debilidad congénita que la izquierda arrastra históricamente, producto de falta, de la carencia de debate teórico en el seno del movimiento obrero, heredero del pensamiento marxista, que nadie, a la izquierda, se atreve a reivindicar.

Esa debilidad teórica estuvo en la división de la socialdemocracia, en la primera guerra mundial votando los créditos de guerra. Estuvo presente en las dudas que suscitó la revolución rusa de 1917. Estuvo presente en el nacimiento del fascismo, en los años veinte, cuando ese movimiento necesitaba un barniz social que oportunistamente hizo que ese partido fascista alemán se denominara partido nacional socialista obrero alemán. Estuvo presente cuando los dirigentes obreros vendidos a las ideas de la burguesía, aislaron a la revolución bolchevique y los dirigentes soviéticos más timoratos devinieron en burócratas liquidadores, fusilando a lo más consciente de los revolucionarios que sostenían la necesidad de extender la revolución más allá de las fronteras rusas. Ha estado presente en todas las matanzas que la burguesía ha llevado a cabo en el mundo tras la segunda guerra mundial para asegurar su poder a lo largo del siglo xx, Yakarta, Chile y un largo etcétera. Ha estado y está presente en el latrocinio legal cometido por el desigual y abusivo reparto de la riqueza generada por la sociedad, y deberíamos de impedir que esté presente cuando la guerra comercial emprendida por EEUU quiera traspasar los límites que el caduco y agónico modo de producción de mercancías, que como una pesada losa hay que remover para impedir que su peso aplaste a la humanidad.

En la lucha de clases, que existe y existirá mientras la injusticia del reparto se base, se sostenga, en la apropiación del esfuerzo social por una élite que se la apropia por la fuerza, el engaño, la mentira sembrando desconfianza y miedo, que maneja los asuntos comunes imponiendo secretos y códigos para acceder a la información que nos permita hacernos ideas de la realidad, lograr la confianza de la clase trabajadora, del pueblo trabajador, del ciudadano corriente absorbido por los problemas de la vida cotidiana, generar confianza semeja cultivar una flor de invernadero, capaz de resistir los ataque de los expropiadores. Por eso, si Sánchez convoca nuevas elecciones para librarse de un aliado de izquierdas apremiante, ese error debe ser reparado reconociéndolo, el propio Iglesias, como tal error, pero también, todos aquellos que fueron transigentes con el error, pues solo así, la desafección podría ser reparada.

En los tiempos que vivimos el sujeto social, el individuo colectivo, que es inevitable cultivar porque en el inconsciente común se van configurando nuevos valores, que los poderosos quieren cultivar para no perder privilegios, los ciudadanos corrientes deben animarse, expresándose con claridad, para que los valores comunes empiecen a contener los intereses del pueblo trabajador, librándose de la superstición y temores ancestrales —que sí cultivan los poderosos, por eso me permito expresar mi opinión, evidentemente, discutible, pero animada del deseo de contribuir en la precisión de los conceptos, que está formando el individuo colectivo, capaz de poner límites a la voracidad de los expropiadores de nuestra riqueza común.

cuatro de julio de dos mil diecinueve

jmrmesas











LA RAYA EN EL SUELO





LA RAYA EN EL SUELO

INTROITO

La pugna entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no es un simple pulso entre dos personalidades sino que expresa las presiones y pretensiones de fuerzas sociales que quieren tener peso político en el nuevo gobierno. En realidad esa pugna forma parte de una antigua contradicción que viene arrastrando el movimiento obrero desde la división de la socialdemocracia, hace ya un siglo y que esta ligada no solo al movimiento obrero sino al porvenir europeo, al porvenir continental porque sin el decidido paso del movimiento de los socialismos nacionales para confluir y construir los Estados Unidos de Europa teniendo en cuenta el interés de la clase y capas sociales más desfavorecidas, la socialdemocracia será prisionera de la presión de las burguesías nacionales, de las patronales y del interés de la burguesía estadounidense que configura la economía en función de la especulación financiera y la producción industrial en función de la fabricación de armas de destrucción masiva y ese es el efectivo poder del complejo militar industrial, organizando el mundo a su capricho, por eso la Unión Europea se agota con el agotamiento del mode de producción de mercancías, por eso, Europa está agotada, porque esta supeditada a esa política, y por eso, a ambos lados del Atlántico, la ciudadanía no tiene futuro.

Así que ya que todo se ha decidido, me permito opinar sabiendo que mi opinión, discutible opinión, no influirá en el proceso habido, aunque puede que haga reflexionar, teniendo en cuenta que al ser emitida por un individuo, yo, sin vínculos con la militancia organizada y aislado, sin ningún esplendor, tampoco se me podría acusar de hacer astillas del árbol caído, que en caso contrario, o sea, de ser miembro organizado, hubiese sido desleal no emitirla en el acto, porque entonces sí habría supuesto una referencia para el movimiento de la izquierda militante organizada.

OPINANDO

Los procesos electorales habidos recientemente (28 de abril y 26 de mayo), han dejado claro que una amplia mayoría social apuesta por un tipo de política diferente de la practicada por el anterior gobierno del Partido Popular, y aunque importantes y reconocidas firmas han opinado con criterios acertados, a mi parecer no ha quedado claro por qué, en esta etapa agónica del sistema capitalista, la apuesta mayoritaria de la voluntad del pueblo trabajador, del conjunto de la ciudadanía, se haya visto empañada por la pérdida de la alcaldía de Madrid, cuando la defenestrada regidora fue la candidata más votada.

Creo importante hacer notar que todo proceso electoral refleja el grado de la relación de fuerza entre los partidos y el conjunto de la sociedad. En términos generales, la derecha, la burguesía y sus influencers lo fían todo a los medios y a las redes sociales, donde dominan, mientras la izquierda, dirigida por la, diría, élite con la preparación teórica —y al escribirla en itálica quiero significar, sin el compromiso ideológico y político que liga al recién llegado a la política, con el militante comprometido con la lucha por acabar con la explotación de los seres humanos y por tanto, comprometido con valores y conceptos que son radicalmente diferentes de los de la clase poseedora—, que quiere decir, que no puede disponer de los cuantiosos medios y apoyos, de todo tipo, que la derecha sí posee, debiendo basar su práctica en el ejemplo y en el trabajo de campo y al escribirlo en itálica quiero resaltar la necesidad de volcar la lucha, en la movilización social, que cuestiona los conceptos y valores tradicionales, respetuosos de los privilegios del poder—, y ese grado de relación esta, hoy más que ayer, vencido, inclinado, del lado de la burguesía, aunque la ciudadanía, como no podía ser de otro modo, también ha madurado a pesar de los obstáculos, aunque sigue adoleciendo del necesario debate acerca de cual es la alternativa al sistema, que necesariamente pasa por romper con el derecho de propiedad sobre unos medios de producción, que beneficia a una élite burguesa muy poderosa y por lo tanto, esos medios, destinados a reforzar su poder, son cada vez más mortíferos y peligrosos.

Por eso, en los debates electorales habidos en esos días han adolecido de la necesaria profundidad teórica para explicar a los electores del conjunto del Estado español que es lo que se esta cociendo en el mundo, y que importancia podía tener el proceso electoral del Estado español en la situación mundial en estos momentos, porque dado el nivel de integración de la economía mundial, de la dependencia estratégica de la producción de materia prima producida allende las fronteras nacionales de las potencias en conflicto y negociadas haciendo valer el interés de la potencia dominante beneficiaria del reparto de las dos guerras mundiales escenificadas en el territorio de Europa, actualmente, los acontecimientos nacionales —en cualquier Estado— no pueden entenderse de otro modo, sino se ponen en relación con los intereses de las potencias dominantes que consideran a las naciones, a los Estados, como feudos deudores —me permitiré citar, como incontrovertibles, los casos de Irán, Siria, Venezuela, Yemen, o el de la irredenta Palestina— y por qué los procesos electorales recientes de abril (28) y mayo (26), nacional y el continental de la Unión Europea, han supuesto, habida cuenta de las políticas recogidas en esos procesos electorales, podrían haber supuesto un factor muy importante en el tablero internacional(de hecho lo han supuesto, solo que en la contabilidad de la izquierda el saldo neto ha pasado con el valor que el sistema quería que pasara), dado que todos los actores internacionales pretenden —y consiguen, no siempre limpiamente—que las opciones que ellos representan las recojan, los contendientes electorales, como ha sucedido en España, pero también en la Unión Europea, al reforzar la caduca prevalencia del dominio del capital financiero USA, basado en el militarismo.

En esta etapa, cuando el proceso de guerra comercial emprendido por el complejo militar industrial, el pentagonismo contempla la opción guerrera, como única manera de asegura su supervivencia como potencia dominante, el análisis basado en las categorías marxistas resultaría clarificador para evitar reproducir los errores que el movimiento obrero, carente de dirección cometió en el pasado y cuyas consecuencias fueron las dos guerras mundiales que tuvieron Europa como escenario principal, y que el pentagonismo desea como previsible escenario de un futuro cercano, porque el núcleo humano del continente europeo supone para el sistema una masa crítica peligrosa, pese a que nadie, a la izquierda, se atreva a dirigirse, como conjunto, y por tanto, hay que mantenerla fría y separada, para la seguridad del sistema.

En ese histórico pasado la falta de la crítica constructiva, oponiéndose a la dirección entreguista, seguidora de las burguesías nacionales causó una división insalvable en el movimiento socialdemócrata, entonces revolucionario, que aun no se ha cerrado porque las direcciones de izquierdas permanecen enclaustradas en los Estados nacionales porque, probablemente intuyen que no existen políticas nacionales cuando el modo de producción de mercancías se ha convertido en un capitalismo especulativo, precisamente cuando la automatización y la inteligencia artificial certifican que “el intercambio de trabajo vivo por trabajo objetivado, es decir, el poner el trabajo social bajo la forma de antítesis entre el capital y el trabajo es el último desarrollo de la relación de valor y de la producción fundada en el valor” que dicho por Marx, hace casí ciento setenta años está deviniendo en alarmante necesidad, encontrar, buscar la apremiante alternativa. por eso, guardando las distancias, creo conveniente dar mi visión de qué ha empañado la victoria que la ciudadanía del Estado español ha sancionado en los recientes procesos electorales. Al hacerlo me anima el creer que contribuyo al debate ideológico que es preciso realizar para aclarar e impedir tropezar en la piedra de la incoherencia ideológica en la que la izquierda más preparada cayó dos veces en Europa facilitando, aquella incoherencia ideológica, las dos guerras mundiales pasadas, y que ahora, más que antes, podría prevenir, o al menos derivar, la necesidad patológica del militarismo yanki, de salvar su decadente declive, que no es sino, el declive del modo de producción mercantil.

He dicho más arriba, que firmas de reconocida solvencia han abundado en el análisis de la desafcción de una parte de la izquierda, sin embargo creo que no se ha explicado con claridad por qué ha faltado ese millón largo de votos. Ese millón de votos faltaron porque en el proceso político se ha comprobado que los compromisos no son sólidos y fundamentalmente, Podemos y su líder, pero no solo Podemos, también la coalición de Unidas Podemos, también Izquierda Unida, y su dirigente, demostraron ser copartícipes del error de Iglesias Turrión.

Al señor Iglesias Turrión no se le puede discutir ni inteligencia ni capacidad ni preparación ni su derecho a progresar económicamente. No se le puede discutir si su casa es grande o pequeña, en este o aquel barrio, pero se le puede y se le debe discutir coherencia ideológica para mantener los compromisos que asume. El dijo que no se movería de Vallecas, algo que nadie le pidió que dijera, un límite que él, voluntariamente, contrajo, y antes de que se hubiese desvanecido el eco de su promesa, dio el salto. Esa es la incoherencia, eso es, en mi opinión lo que ha causado la desafección del millón de votantes. Un dirigente político, un dirigente político de izquierda tiene que saber que cuando se dirige la lucha de clases, si se anima a los militantes a no ceder, a no retroceder, eso tiene consecuencias que, habitualmente, se traducen en despidos, cárcel y a veces, incluso, la muerte, y si él, voluntariamente contrajo un compromiso, demostró que aquel compromiso fue el recurso de un charlatán de feria, utilizado para vender la moto, y no el compromiso que vas a mantener, la raya en el suelo que no vas a pisar.

Al mantener su error, al hacer que su partido asumiera su error, demostró deslealtad porque él si es un individuo con preparación suficiente para comprender que su error le pasaría factura a su organización, que todos aquellos que le avalaron se desautorizaron, no tuvieron ni coherencia ideológica, ni independencia política personal, capaz de discutir al dirigente su error. Se demostró que el líder lo es todo, y la organización, el partido no existe si no es como mero adorno de una figura, y eso es una debilidad congénita que la izquierda arrastra históricamente, producto de falta, de la carencia de debate teórico en el seno del movimiento obrero, heredero del pensamiento marxista, que nadie, a la izquierda, se atreve a reivindicar.

Esa debilidad teórica estuvo en la división de la socialdemocracia, en la primera guerra mundial votando los créditos de guerra. Estuvo presente en las dudas que suscitó la revolución rusa de 1917. Estuvo presente en el nacimiento del fascismo, en los años veinte, cuando ese movimiento necesitaba un barniz social que oportunistamente hizo que ese partido fascista alemán se denominara partido nacional socialista obrero alemán. Estuvo presente cuando los dirigentes obreros vendidos a las ideas de la burguesía, aislaron a la revolución bolchevique y los dirigentes soviéticos más timoratos devinieron en burócratas liquidadores, fusilando a lo más consciente de los revolucionarios que sostenían la necesidad de extender la revolución más allá de las fronteras rusas. Ha estado presente en todas las matanzas que la burguesía ha llevado a cabo en el mundo tras la segunda guerra mundial para asegurar su poder a lo largo del siglo xx, Yakarta, Chile y un largo etcétera. Ha estado y está presente en el latrocinio legal cometido por el desigual y abusivo reparto de la riqueza generada por la sociedad, y deberíamos de impedir que esté presente cuando la guerra comercial emprendida por EEUU quiera traspasar los límites que el caduco y agónico modo de producción de mercancías, que como una pesada losa hay que remover para impedir que su peso aplaste a la humanidad.

En la lucha de clases, que existe y existirá mientras la injusticia del reparto se base, se sostenga, en la apropiación del esfuerzo social por una élite que se la apropia por la fuerza, el engaño, la mentira sembrando desconfianza y miedo, que maneja los asuntos comunes imponiendo secretos y códigos para acceder a la información que nos permita hacernos ideas de la realidad, lograr la confianza de la clase trabajadora, del pueblo trabajador, del ciudadano corriente absorbido por los problemas de la vida cotidiana, generar confianza semeja cultivar una flor de invernadero, capaz de resistir los ataque de los expropiadores. Por eso, si Sánchez convoca nuevas elecciones para librarse de un aliado de izquierdas apremiante, ese error debe ser reparado reconociéndolo, el propio Iglesias, como tal error, pero también, todos aquellos que fueron transigentes con el error, pues solo así, la desafección podría ser reparada.

En los tiempos que vivimos el sujeto social, el individuo colectivo, que es inevitable cultivar porque en el inconsciente común se van configurando nuevos valores, que los poderosos quieren cultivar para no perder privilegios, los ciudadanos corrientes deben animarse, expresándose con claridad, para que los valores comunes empiecen a contener los intereses del pueblo trabajador, librándose de la superstición y temores ancestrales —que sí cultivan los poderosos, por eso me permito expresar mi opinión, evidentemente, discutible, pero animada del deseo de contribuir en la precisión de los conceptos, que está formando el individuo colectivo, capaz de poner límites a la voracidad de los expropiadores de nuestra riqueza común.

cuatro de julio de dos mil diecinueve

jmrmesas











LA RAYA EN EL SUELO




LA RAYA EN EL SUELO

INTROITO

La pugna entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no es un simple pulso entre dos personalidades sino que expresa las presiones y pretensiones de fuerzas sociales que quieren tener peso político en el nuevo gobierno. En realidad esa pugna forma parte de una antigua contradicción que viene arrastrando el movimiento obrero desde la división de la socialdemocracia, hace ya un siglo y que esta ligada no solo al movimiento obrero sino al porvenir europeo, al porvenir continental porque sin el decidido paso del movimiento de los socialismos nacionales para confluir y construir los Estados Unidos de Europa teniendo en cuenta el interés de la clase y capas sociales más desfavorecidas, la socialdemocracia será prisionera de la presión de las burguesías nacionales, de las patronales y del interés de la burguesía estadounidense que configura la economía en función de la especulación financiera y la producción industrial en función de la fabricación de armas de destrucción masiva y ese es el efectivo poder del complejo militar industrial, organizando el mundo a su capricho, por eso la Unión Europea se agota con el agotamiento del mode de producción de mercancías, por eso, Europa está agotada, porque esta supeditada a esa política, y por eso, a ambos lados del Atlántico, la ciudadanía no tiene futuro.

Así que ya que todo se ha decidido, me permito opinar sabiendo que mi opinión, discutible opinión, no influirá en el proceso habido, aunque puede que haga reflexionar, teniendo en cuenta que al ser emitida por un individuo, yo, sin vínculos con la militancia organizada y aislado, sin ningún esplendor, tampoco se me podría acusar de hacer astillas del árbol caído, que en caso contrario, o sea, de ser miembro organizado, hubiese sido desleal no emitirla en el acto, porque entonces sí habría supuesto una referencia para el movimiento de la izquierda militante organizada.

OPINANDO

Los procesos electorales habidos recientemente (28 de abril y 26 de mayo), han dejado claro que una amplia mayoría social apuesta por un tipo de política diferente de la practicada por el anterior gobierno del Partido Popular, y aunque importantes y reconocidas firmas han opinado con criterios acertados, a mi parecer no ha quedado claro por qué, en esta etapa agónica del sistema capitalista, la apuesta mayoritaria de la voluntad del pueblo trabajador, del conjunto de la ciudadanía, se haya visto empañada por la pérdida de la alcaldía de Madrid, cuando la defenestrada regidora fue la candidata más votada.

Creo importante hacer notar que todo proceso electoral refleja el grado de la relación de fuerza entre los partidos y el conjunto de la sociedad. En términos generales, la derecha, la burguesía y sus influencers lo fían todo a los medios y a las redes sociales, donde dominan, mientras la izquierda, dirigida por la, diría, élite con la preparación teórica —y al escribirla en itálica quiero significar, sin el compromiso ideológico y político que liga al recién llegado a la política, con el militante comprometido con la lucha por acabar con la explotación de los seres humanos y por tanto, comprometido con valores y conceptos que son radicalmente diferentes de los de la clase poseedora—, que quiere decir, que no puede disponer de los cuantiosos medios y apoyos, de todo tipo, que la derecha sí posee, debiendo basar su práctica en el ejemplo y en el trabajo de campo y al escribirlo en itálica quiero resaltar la necesidad de volcar la lucha, en la movilización social, que cuestiona los conceptos y valores tradicionales, respetuosos de los privilegios del poder—, y ese grado de relación esta, hoy más que ayer, vencido, inclinado, del lado de la burguesía, aunque la ciudadanía, como no podía ser de otro modo, también ha madurado a pesar de los obstáculos, aunque sigue adoleciendo del necesario debate acerca de cual es la alternativa al sistema, que necesariamente pasa por romper con el derecho de propiedad sobre unos medios de producción, que beneficia a una élite burguesa muy poderosa y por lo tanto, esos medios, destinados a reforzar su poder, son cada vez más mortíferos y peligrosos.

Por eso, en los debates electorales habidos en esos días han adolecido de la necesaria profundidad teórica para explicar a los electores del conjunto del Estado español que es lo que se esta cociendo en el mundo, y que importancia podía tener el proceso electoral del Estado español en la situación mundial en estos momentos, porque dado el nivel de integración de la economía mundial, de la dependencia estratégica de la producción de materia prima producida allende las fronteras nacionales de las potencias en conflicto y negociadas haciendo valer el interés de la potencia dominante beneficiaria del reparto de las dos guerras mundiales escenificadas en el territorio de Europa, actualmente, los acontecimientos nacionales —en cualquier Estado— no pueden entenderse de otro modo, sino se ponen en relación con los intereses de las potencias dominantes que consideran a las naciones, a los Estados, como feudos deudores —me permitiré citar, como incontrovertibles, los casos de Irán, Siria, Venezuela, Yemen, o el de la irredenta Palestina— y por qué los procesos electorales recientes de abril (28) y mayo (26), nacional y el continental de la Unión Europea, han supuesto, habida cuenta de las políticas recogidas en esos procesos electorales, podrían haber supuesto un factor muy importante en el tablero internacional(de hecho lo han supuesto, solo que en la contabilidad de la izquierda el saldo neto ha pasado con el valor que el sistema quería que pasara), dado que todos los actores internacionales pretenden —y consiguen, no siempre limpiamente—que las opciones que ellos representan las recojan, los contendientes electorales, como ha sucedido en España, pero también en la Unión Europea, al reforzar la caduca prevalencia del dominio del capital financiero USA, basado en el militarismo.

En esta etapa, cuando el proceso de guerra comercial emprendido por el complejo militar industrial, el pentagonismo contempla la opción guerrera, como única manera de asegura su supervivencia como potencia dominante, el análisis basado en las categorías marxistas resultaría clarificador para evitar reproducir los errores que el movimiento obrero, carente de dirección cometió en el pasado y cuyas consecuencias fueron las dos guerras mundiales que tuvieron Europa como escenario principal, y que el pentagonismo desea como previsible escenario de un futuro cercano, porque el núcleo humano del continente europeo supone para el sistema una masa crítica peligrosa, pese a que nadie, a la izquierda, se atreva a dirigirse, como conjunto, y por tanto, hay que mantenerla fría y separada, para la seguridad del sistema.

En ese histórico pasado la falta de la crítica constructiva, oponiéndose a la dirección entreguista, seguidora de las burguesías nacionales causó una división insalvable en el movimiento socialdemócrata, entonces revolucionario, que aun no se ha cerrado porque las direcciones de izquierdas permanecen enclaustradas en los Estados nacionales porque, probablemente intuyen que no existen políticas nacionales cuando el modo de producción de mercancías se ha convertido en un capitalismo especulativo, precisamente cuando la automatización y la inteligencia artificial certifican que “el intercambio de trabajo vivo por trabajo objetivado, es decir, el poner el trabajo social bajo la forma de antítesis entre el capital y el trabajo es el último desarrollo de la relación de valor y de la producción fundada en el valor” que dicho por Marx, hace casí ciento setenta años está deviniendo en alarmante necesidad, encontrar, buscar la apremiante alternativa. por eso, guardando las distancias, creo conveniente dar mi visión de qué ha empañado la victoria que la ciudadanía del Estado español ha sancionado en los recientes procesos electorales. Al hacerlo me anima el creer que contribuyo al debate ideológico que es preciso realizar para aclarar e impedir tropezar en la piedra de la incoherencia ideológica en la que la izquierda más preparada cayó dos veces en Europa facilitando, aquella incoherencia ideológica, las dos guerras mundiales pasadas, y que ahora, más que antes, podría prevenir, o al menos derivar, la necesidad patológica del militarismo yanki, de salvar su decadente declive, que no es sino, el declive del modo de producción mercantil.

He dicho más arriba, que firmas de reconocida solvencia han abundado en el análisis de la desafcción de una parte de la izquierda, sin embargo creo que no se ha explicado con claridad por qué ha faltado ese millón largo de votos. Ese millón de votos faltaron porque en el proceso político se ha comprobado que los compromisos no son sólidos y fundamentalmente, Podemos y su líder, pero no solo Podemos, también la coalición de Unidas Podemos, también Izquierda Unida, y su dirigente, demostraron ser copartícipes del error de Iglesias Turrión.

Al señor Iglesias Turrión no se le puede discutir ni inteligencia ni capacidad ni preparación ni su derecho a progresar económicamente. No se le puede discutir si su casa es grande o pequeña, en este o aquel barrio, pero se le puede y se le debe discutir coherencia ideológica para mantener los compromisos que asume. El dijo que no se movería de Vallecas, algo que nadie le pidió que dijera, un límite que él, voluntariamente, contrajo, y antes de que se hubiese desvanecido el eco de su promesa, dio el salto. Esa es la incoherencia, eso es, en mi opinión lo que ha causado la desafección del millón de votantes. Un dirigente político, un dirigente político de izquierda tiene que saber que cuando se dirige la lucha de clases, si se anima a los militantes a no ceder, a no retroceder, eso tiene consecuencias que, habitualmente, se traducen en despidos, cárcel y a veces, incluso, la muerte, y si él, voluntariamente contrajo un compromiso, demostró que aquel compromiso fue el recurso de un charlatán de feria, utilizado para vender la moto, y no el compromiso que vas a mantener, la raya en el suelo que no vas a pisar.

Al mantener su error, al hacer que su partido asumiera su error, demostró deslealtad porque él si es un individuo con preparación suficiente para comprender que su error le pasaría factura a su organización, que todos aquellos que le avalaron se desautorizaron, no tuvieron ni coherencia ideológica, ni independencia política personal, capaz de discutir al dirigente su error. Se demostró que el líder lo es todo, y la organización, el partido no existe si no es como mero adorno de una figura, y eso es una debilidad congénita que la izquierda arrastra históricamente, producto de falta, de la carencia de debate teórico en el seno del movimiento obrero, heredero del pensamiento marxista, que nadie, a la izquierda, se atreve a reivindicar.

Esa debilidad teórica estuvo en la división de la socialdemocracia, en la primera guerra mundial votando los créditos de guerra. Estuvo presente en las dudas que suscitó la revolución rusa de 1917. Estuvo presente en el nacimiento del fascismo, en los años veinte, cuando ese movimiento necesitaba un barniz social que oportunistamente hizo que ese partido fascista alemán se denominara partido nacional socialista obrero alemán. Estuvo presente cuando los dirigentes obreros vendidos a las ideas de la burguesía, aislaron a la revolución bolchevique y los dirigentes soviéticos más timoratos devinieron en burócratas liquidadores, fusilando a lo más consciente de los revolucionarios que sostenían la necesidad de extender la revolución más allá de las fronteras rusas. Ha estado presente en todas las matanzas que la burguesía ha llevado a cabo en el mundo tras la segunda guerra mundial para asegurar su poder a lo largo del siglo xx, Yakarta, Chile y un largo etcétera. Ha estado y está presente en el latrocinio legal cometido por el desigual y abusivo reparto de la riqueza generada por la sociedad, y deberíamos de impedir que esté presente cuando la guerra comercial emprendida por EEUU quiera traspasar los límites que el caduco y agónico modo de producción de mercancías, que como una pesada losa hay que remover para impedir que su peso aplaste a la humanidad.

En la lucha de clases, que existe y existirá mientras la injusticia del reparto se base, se sostenga, en la apropiación del esfuerzo social por una élite que se la apropia por la fuerza, el engaño, la mentira sembrando desconfianza y miedo, que maneja los asuntos comunes imponiendo secretos y códigos para acceder a la información que nos permita hacernos ideas de la realidad, lograr la confianza de la clase trabajadora, del pueblo trabajador, del ciudadano corriente absorbido por los problemas de la vida cotidiana, generar confianza semeja cultivar una flor de invernadero, capaz de resistir los ataque de los expropiadores. Por eso, si Sánchez convoca nuevas elecciones para librarse de un aliado de izquierdas apremiante, ese error debe ser reparado reconociéndolo, el propio Iglesias, como tal error, pero también, todos aquellos que fueron transigentes con el error, pues solo así, la desafección podría ser reparada.

En los tiempos que vivimos el sujeto social, el individuo colectivo, que es inevitable cultivar porque en el inconsciente común se van configurando nuevos valores, que los poderosos quieren cultivar para no perder privilegios, los ciudadanos corrientes deben animarse, expresándose con claridad, para que los valores comunes empiecen a contener los intereses del pueblo trabajador, librándose de la superstición y temores ancestrales —que sí cultivan los poderosos, por eso me permito expresar mi opinión, evidentemente, discutible, pero animada del deseo de contribuir en la precisión de los conceptos, que está formando el individuo colectivo, capaz de poner límites a la voracidad de los expropiadores de nuestra riqueza común.

cuatro de julio de dos mil diecinueve

jmrmesas