EL
INFORME Y EL MUNDO
¡ES
LA ESTRUCTURA ECONÓMICA!
La
publicación del informe de intermon
oxfan, destinado a presentarse en el foro económico de Davos, ha
pasado veloz por los medios, sin que, salvo la novedad de su
publicación, se le haya prestado la atención que merece, pues
aunque el informe no ahonda en los entresijos de la concentración de
la riqueza, su sola lectura es un monumental puñetazo que afecta a
las estructuras políticas de los gobiernos del mundo, y de paso, a
las estructuras ideológicas, organizativas y políticas, de toda la
izquierda mundial, sin distinciones, pues parecería hecho para
demostrar, no solo que sí se puede, sino que es preciso e inevitable
luchar por revertir ese comportamiento de la política oficial de los
gobiernos, y zarandear a los dirigentes políticos de la izquierda,
para que se pongan las pilas o dejen su lugar a quienes
estén dispuestos a encabezar las luchas reivindicativas contra la
élite del mundo.
ES
LA ESTRUCTURA ECONÓMICA DEL MUNDO
El
informe desgrana una serie de datos que nos presentan la
concentración de la riqueza en manos del uno por ciento mundial,
como algo que sucede con naturalidad, incluso cuando dice que los
gobiernos gobiernan para las élites, se presenta como algo
separado del entramado de organizaciones a través de las cuales, la
burguesía más rica del planeta, ha organizado su monumental red de
acumulación de riqueza.
“La
desigualdad económica extrema y el secuestro de los procesos
democráticos por parte de las élites son demasiado a menudo
interdependientes”, sin que de esta obviedad se desprenda
ninguna conclusión, como por ejemplo los sucesivos acuerdos
basileas, destinados a evitar la intrusión de banqueros
advenedizos en el respetable negocio de la gran banca; o cómo la
sociedad de telecomunicaciones financieras interbancarias mundiales
-SWIFT- es una red de la máxima fiabilidad a través de la cual
tiene lugar todas las maniobras especulativas y de movimientos de
capitales destinado a evitar que los gobiernos puedan seguir el
rastro del dinero, entre la maraña de organizaciones económicas
(lo escribo en itálica para resaltar, como el inteligente
lector captará sin duda, que tales instituciones profesionales están
recorridas y corroídas por un profundo sentido corporativo,
clasista, elitista, que hace de tupidísimo filtro, incapaz de pasar
sino se está en posesión de todo el marchamo que caracteriza a los
integrantes que las dirigen y controlan).
Tengamos
igualmente presente la bien estructurada red de instituciones
internacionales a través de las cuales se organizan las sucesivas
cumbres en las que se toman los acuerdo de recortes; sin
olvidar el trabajo sucio como las matanzas, que tienen lugar
en el mundo, desde la increíble escabechina de Indonesia -Yakarta
1965-, luego Chile 1972-, sin que se nos olvidemos los prolegómenos
de la actuación de la mafia en ahogar el sindicalismo
estadounidense, en un compadreo, casi público, con el gobierno
yanki, o el asesinato de dirigentes africanos de las naciones que se
liberaban del colonialismo europeo -Lumumba- y de este modo, hasta
llegar a nuestros día, Libia, Siria, Túnez, Argelia, Egipto, o la
sesgada información de la prensa acerca de los acontecimientos que
tienen lugar en Ucrania, etc., etc., que hace del control de la
política y lo político algo muy peligroso, complicado y obscuro,
como para dejarse llevar de algo, que si no se capta el fondo
pérfido, resulta tedioso y aburrido, porque ahora toda la pus del
sistema empieza a salir por las numerosas pústulas, y el hedor se
vuelve irrespirable -solamente en España, los casos de corrupción,
bastan para escribir la historia a través de sus personajes pasados
y presentes: casi todos contaminados-, pero hace solo diez o quince
años, lo que hoy aparece en la prensa corriente era cosa de
elementos muy informados, y su publicidad, cosa de muy hondo
compromiso, porque el secreto era, y es, vital, para garantizar una
apariencia de normalidad, estabilidad y solidez del sistema.
Este
entramado de organizaciones profesionales, institucionales,
nacionales e internacionales, son las que, de hecho, pero con un
grado de barniz democrático, hacen posible que la política repugne
a la ciudadanía, porque además, la opacidad del dinero sirve para
corromper políticos, funcionarios, sindicalistas, que terminan por
transmitir la sensación de que la política es algo sucio, solo
buena para medrar, no en vano, el informe comienza aceptando “un
cierto grado de desigualdad económica, como estímulo dirigido a los
más capaces”, que evidentemente, tal estímulo termina por
convertirse en único estimulo.
El
informe, es de cualquier modo, muy utilizable porque demuestra el
grado de explotación que el superimperialismo somete a la humanidad,
algo que para los que quieren encontrar respuestas ciertas sobre el
funcionamiento del mundo, se desprenden de los informes y estudios
como el de la universidad de
Zurich, publicado por la revista estadounidense PLOS ONE, o el
hecho por oxfan, para ser debatido en Davos; lo cierto es que el
mundo se encuentra metido de lleno en una situación de profundos
cambios antes los que la izquierda no se pronuncia porque sabe que
más allá de los discursos convencionales, los problemas de la gente
corriente, no tienen solución sin acabar con el sistema, cosa que
uno de los promotores del foro, Schwab,
percibe con claridad, puesto que las nuevas tecnologías agrandarán
la brecha del empleo, al prescindir, en modo creciente de la fuerza
de trabajo.
A
MODO DE CONCLUSIÓN
Sin
falsas modestias, estos informes hechos en tiempos distintos y por
organizaciones y estudiosos distintos, confirman la línea política
de este blog, es decir, las fuerzas productivas, mundializadas a lo
largo de los últimos ciento cincuenta años tienen algunas
conclusiones, la más importante, que esta globalización de las
fuerzas productivas hace superflua la fuerza de trabajo;
consecuentemente, la civilización basada en la producción de
mercancías, en la que masas de obreros -en lo que se ha
venido en denominar, primer mundo, o sociedades industrializadas-,
tenían asegurada su modo de vida, está,
prácticamente, acabado; que la estructuración del
capital financiero internacional, a través de sus organizaciones de
todo tipo, dictan la política a sus gobiernos para que estos
las apliquen en las diferentes sociedades, es el superimperialismo,
cuyo poder de manipulación de la economía mundial se lleva a cabo a
partir de las 147 empresas transnacionales, que exige y hace
necesario articular un poder popular para, dar un giro determinante a
la utilización de las fuerzas productivas en manos del complejo
militar-industrial euro-estadounidense, convirtiendo la industria
militar en medios que potencien la condiciones de vida de la
ciudadanía; la adopción de una medida de valor, acorde con las
fuerzas productivas globales -una moneda mundial-, que sería la manera más eficiente y
menos traumática de armonizar las diferencias nacionales,
permitiendo que las diferentes naciones tomaran su tiempo en
interiorizar los cambios sobrevenidos.
La
historia, hasta aquí aparece como una sucesión de acontecimientos
en el que el azar sería la causa determinante, pero la potencia y
interdependencia del mundo moderno necesita una enorme dosis de
previsión y planificación, reduciendo el azar, por eso, la
izquierda, las fuerzas vivas de la sociedad, deben de hacer un
esfuerzo coordinado, junto a la acción reivindicativa, por presentar
ante la sociedad un proyecto de sociedad, ya que solo de este modo
podrían movilizarse las fuerzas necesarias para deconstruir el
conglomerado de organizaciones, a través de las cuales, el capital
financiero internacional, absorbe las riquezas del
mundo,concentrándolas en manos del uno por ciento. Si esto no se
entiende, la opción más probable es una nueva guerra, que los
estrategas de la burguesía, no descartan, como válvula de seguridad
del sistema.
jmrmesas
veintiséis
de enero de dos mil catorce
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