PREPARANDO LA PLATAFORMA
O
PARALIZADOS
POR EL MIEDO ESCÉNICO
El
27 de enero, IU comunica que Alberto Garzón, joven parlamentario,
sobradamente preparado, encabezará la candidatura de Izquierda Unida
de cara a las elecciones europeas de mayo, y dice más, dice que va a
poner en marcha una campaña, en todo el Estado llamando a una
revolución democrática y social. Debo de suponer que tal cosa
no es algo que se improvise, pero un silencio tan prolongado entre el
anuncio y la actualidad, cuando se está produciendo una ¿Revolución?
en Ucrania, por la que Bernard-Henri Lévi llama a luchar para
despertar a la Europa de los valores, mientras abandona el campo de
batalla, cuando tanta resonancia habría tenido su presencia en las
barricadas, es un silencio angustioso, porque no se puede preparar
ninguna revolución, cuando Estados Unidos y la Unión Europea, han
atizado el fuego buscando ese levantamiento contra un gobierno legal,
por lo tanto, se impone una toma de posición de una organización
política, que nada más y nada menos se propone un llamamiento a un
revolución democrática y social en la punta sur de Europa.
Comprendo
perfectamente las dificultades de la tarea, pero ni Izquierda Unida
ni el Partido de la Izquierda de Europa, pueden seguir ignorando lo
que está pasando en Ucrania, y mucho menos sin tomar en
consideración que es lo que dicen los compañeros ucranianos sobre
un levantamiento liderado por partidos fascistas, apoyados por Obama
y Merkel, cuando el número de muertos es creciente.
Izquierda
Unida y Alberto Garzón tienen, por anticipado mi apoyo y mi voto
para esa revolución, pero también tienen mi critica más amarga y
constructiva de la que sea capaz, en una situación como a la que
estamos abocados los españoles, los europeos, los ciudadanos del
mundo, que no queremos ser socializados por el puñado de los
85 amos del mundo.
Urge
un respuesta, porque la ciudadanía y los militantes de izquierdas no
pueden ser intoxicados por las noticias tendenciosas, aliñadas al
gusto del amo.
jmrmesas
diecinueve
de febrero de dos mil catorce
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