HIPERREALIDAD
LA
FABULOSA MANIPULACIÓN DE LOS ACONTECIMIENTOS
Y LA
COBARDE
COMPLICIDAD
DE GOBIERNOS Y MEDIOS
Realidad
es todo aquello que tiene existencia objetiva, sin embargo, también
es un acuerdo social por el que se reconoce un amplio conjunto de
elementos al que se conviene en atribuirle existencia objetiva con
poder para determinar la marcha del proceso.
Los
acontecimientos despiertan sentimientos y pasiones que al transcurrir
el tiempo, dejan un sedimento vivencial que convenientemente
explicados, inducen comportamientos, en las conciencias
de los grupos sociales, tendentes a producir resultados previsibles,
capaces de justificar decisiones incomodas, represivas, incluso
rozando la inconstitucionalidad del poder, ante el conjunto de una
ciudadanía poco dispuesta a discernir valoraciones, atrapada, como
está, en la dura cotidianidad de la subsistencia porque, para el
poder, y el poder político y los poderes fácticos -banqueros,
grupos de presión, etc.- empiezan a ser indistinguibles, dirigir
a la sociedad, con la verdad es imposible, porque esta, ha
madurado y no depende solo de las versiones autorizadas,
sino que bombardeada con toda suerte de información, termina
acumulando una notable carga de escepticismo, desconfiando de todo lo
político.
Siempre
fue así, pero con un sistema que ha entrado en el convulso proceso
de cambios sobrevenido por el choque producido por la tensión de
unas fuerzas productivas que no pueden desarrollarse más que como
resultado de choques entre intereses hostiles, la gobernanza
en el mundo, a todos los niveles, requiere de elevadas dosis de
mendacidad (mentir, mentir,
mentir) para acomodar unos acontecimientos, que con la
verdad por delante, se llevaría al sistema, al
basurero de la historia. Desde el 11 de septiembre de 2001, la
destrucción del complejo del World Trade Center, aunque más bien
fue una demolición, pues se trató de una demolición ex profeso,
para destruir documentos comprometedores, no se dudo en
organizar una matanza, para la que hubo de urdir un plan que afectaba
al propio gobierno USA, en el entendimiento que tal hecho sería
atribuible a un enemigo idóneo -los musulmanes-, que cubrirían las
expectativas de poder estar, política y organizativamente presente
en los lugares -Iraq, Afganistán, norte de África-donde la
producción de petróleo, o la proximidad a lugares sensibles para la
antigua URSS, supusieran un factor de control añadido.
La
anomalía del colapso es de tal magnitud, que hace suponer la
evidencia de un decisión de derribo, lo que supondría un complot;
es la evidencia de tal categoría que supuso la concitación de
profesionales
y expertos dispuestos a desentrañar como el WTC
pudo colapsar, porque a la luz de las experiencias profesionales, un
edificio solo se derrumba sobre sí, cuando es demolido, y nunca por
un fuego, o por un choque, más aún, cuando en su construcción se
previó la posibilidad de un choque como ocurrió en el Empire State
Building en 1945.
Las
pistas dejadas aquel siniestro día por un grupo de individuos
vestidos a la usanza árabe, más tarde detenidos y comprobada su
identificación, que resultó ser, para sorpresa de los agentes
yanquis, ciudadanos israelíes, muestran tramas de los
diversos servicios secretos, entre los cuales, el
mossad, parece tener un destacado papel en el
entramado de la conspiración, pues no es posible suponer que tal
cúmulo de hechos fuesen casuales y sin una premeditación e
intencionada colaboración mutua entre las inteligencias de EEUU e
Israel, que hoy, casi trece años después, son, si cabe, más
creíbles que entonces porque las incesantes noticias de las
diferentes agencias de espionajes gubernamentales, espiándose unos a
otros, y todos a la ciudadanía mundial, hacen que lo que podía ser
un delirio, sea una realidad indudable.
LA
DESTRUCCIÓN DE IRAQ Y LIBIA
El
avance de las huestes del Estado Islámico en Iraq se debe a la
previa destrucción de las instituciones y organizaciones políticas,
sociales, culturales que el pueblo de Iraq, tenía desde que
gobernaba el partido baath, siendo el nivel de vida, en los años que
van de mediados de los sesenta hasta los años ochenta, del pasado
siglo, comparable a muchos países de Europa. Todo ello se torció
porque así convenía a los intereses del superimperialismo; este,
dirigido por las camarillas de los thinktank de EEUU, muy diligentes
en la defensa de los intereses estratégicos de las transnacionales
estadounidenses, llegó a la conclusión de la necesidad de tener
bajo absoluto control, tanto la zona de Oriente Medio, como el norte
de África, una vez que la pesadilla soviética se deshizo por la
magnitud de las contradicciones abiertas entre los pueblos que
componían la antigua URSS y el fosilizado Estado soviético,
carcomido por la rapiña de los burócratas ascendidos
oligarcas,
posibilitando, de este modo, la intervención directa del ejército
estadounidense, y los ejércitos privados -blackwater- destruyendo la
cohesión social, que dejó al pueblo llano sin ningún tipo de
defensa.
Toda la situación actual es producto de una elaborada sarta de
mentiras cultivadas y propaladas por los medios de masas, los
gobiernos del mundo y la incapacidad de la izquierda que no se atreve
a tirar de la manta, porque a fin de cuentas, también, la
socialdemocracia es un pilar del sistema y la colaboración entre los
gobiernos hace posible el cultivo de la mentira, mientras juegan con
los destinos del mundo. Cuando en septiembre del pasado año, desde
Rota se lanzaron dos misiles hacia Siria, interceptados por Rusia,
Estados Unidos pidió a Israel que asumiera la acción, salvando la
cara del gobierno de Mariano Rajoy, evidenciando, no obstante la
estrecha colaboración entre USA y el Estado israelí; esta estrecha
colaboración se ve refrendada, en España, concretamente, porque una
vez hecho público el dato por la prensa internacional, ni el
gobierno se dio por aludido, ni la oposición fue capaz de exigir
explicaciones, y los patriotas que se indignan ante los
amagos independentistas, fueron incapaces de elevar el tono, cuando
Estados Unidos utilizó el territorio del Estado español como un
bantustán africano, porque todo el tinglado es producto de una
realidad construida a propósito para justificar la
rapiña del mundo, el empobrecimiento de los pueblos y la inacción
política de la ciudadanía, desideologizada porque desde hace cien
años, ninguna corriente política del movimiento obrero levanta la
bandera del socialismo.
La conspiración del superimperialismo ha encontrado en los servicios
de inteligencia de Estados Unidos, el Estado de Israel y la monarquía
saudita, la pieza fundamental para modelar Oriente Medio a capricho
de la transnacionales, poniendo en marcha una tropa de asesinos bajo
la bandera del Estado Islámico, un invento al alimón entre los
servicios secretos de USA e Israel, que no engaña a los árabes, y
mucho menos, a los palestinos, que tienen claro el origen; el
siguiente articulo que tomo de la red voltairenet.org,
degrana las andanzas de uno de los individuos más siniestros y
sinuosos, el senador John Mc Cain, que puede pasearse tanto por Siria
como por Ucrania, tratando de evitar el deterioro imparable de un
sistema, el capitalismo, que solo vale para salvaguardar la seguridad
de los 85
propietarios de casi el cincuenta por ciento de la
propiedad global, todo lo demás es, a ojos i entendimiento de este
tipo de personajes suprimible, a ser posible, sin hacer ruido, pero
si llega el caso, al precio de acabar con la vida de quien haga
falta, como es el caso del vuelo MH 17, el avión de Malasia
Airlines, derribado en Ucrania por el gobierno marioneta
porochenkista, con la autorización política de Estados Unido, que
todos, mentira, mentira, mentira, quieren cargar a las autodefensas,
porque así conviene a los planes del superimperialismo dirigido por
el gobierno de Obama, que solo beneficia a esa pequeña pero
poderosísima élite, aunque los socios europeos, se muerdan los
labios, porque sus intereses inmediatos salen perjudicados.
Esta es la realidad, una realidad fabricada porque gobernar el mundo
con la verdad como norma es imposible sin mostrar el feo rostro de la
rapiña de los poderosos, y todos, acomodan el discurso porque de no
hacerlo estarían en el punto de mira, o tal vez, aun peor, porque
recocerían que carecen de la alternativa, sin embargo, la respuesta
es el socialismo, solo que este concepto requiere llenarlo de
contenido y ese contenido no puede ser otro que un programa de
transición para construir una nueva sociedad. Esto, o aceptar esta
HIPERREALIDAD.
jmrmesas
veinte de agosto de dos mil catorce
No hay comentarios:
Publicar un comentario