EXPERTOS
A tenor de una próxima reunión de economistas en Berlín, a final de esta semana, leo en sin permiso
una colección de artículos de economía muy técnicos y curiosos, pero
como siempre, me pregunto ¿Cómo puede un militante entender esto?, e
inevitablemente, la respuesta es que no se entiende la relación si
solamente se mira desde una óptica académica, por lo que, en una revista
de economía podrían ser muy interesantes, pero en una revista de
orientación teórico-política, dudo mucho que algún economista marxista
-¿Existen?- polemizara con los articulistas, y mucho menos, cualquier
dirigente político o sindicalista, se atreviera a discutir el tema, dada
la terrible orfandad teórica de la que adolece la izquierda.
He
de decir, en mi descargo, y principalmente, para que nadie se
confunda, que soy un lego sin estudios de economía, pero creo, que la
capacidad de pensar es atributo del género humano, y que tal vez, en la
facultad de economía se piense con mayor profundidad, pero, permítanme
que lo dude, sobre todo cuando estoy convencido del papel de los
banqueros, creando interés-plusvalía, valor de uso para los banqueros y
dogal para la ciudadanía, creando dinero, que los gobiernos han de
validar gratis total, a costa de la sociedad que contribuye
fiscalmente, para que en un ejercicio de magia, los banqueros hagan
desaparecer el dinero de la economía productiva y lo hagan aparecer en
la economía especulativa. ¿Veremos en la dichosa reunión de Berlín a
alguien atreviéndose a dilucidar si las sociedades offshore son un
instrumento económico, político, político-económico, o simplemente de
extorsión de la clase trabajadora?
¿El capital financiero sigue siendo un instrumento de la lucha de clases? ¡¡¡¡Sííííííííí!!!!
¿Es
comparable la economía a la Física? Por cierto, si en los costosísimos
aceleradores de partículas llegase a sintetizarse el famoso bosón de
Higgs, ¿Quienes serían los beneficiarios directos, los complejos
militares o los ciudadanos que sufragan los gastos?
NACIONALISMO ESTERIL
El nacionalismo es la seña de identidad común
en el panorama de la política, en cualquier país, sobre todo cuando se
aproximan eventos electorales; allí donde se tercie una cita
electoral, todo el panorama se concentra en explicar el acontecimiento en clave nacional,
porque se supone, primero, que el candidato a elegir reduce su
compromiso, alejándose de terrenos movedizos, y segundo, porque es más
fácil la conexión con los electores, y esta reducción resulta cómoda y
convincente, pero, hoy más nunca, terriblemente falsa,
como es ocioso demostrar, pues todo el desarrollo de la política
nacional, en cualquier país de Europa, y también fuera, pero en Europa,
fácilmente constatable, las políticas nacionales, están determinadas
por un marco internacional, del que se desentienden los candidatos.
Reducir
la economía al ámbito nacional es tramposo, desde que se empezó a
comerciar con los más próximos vecinos, pero en la actualidad, la
economía es plenamente internacional porque toda la producción de
mercancías se hace con la perspectiva de un mercado, que va más allá de las fronteras nacionales, produciendo, por tanto, para un mercado que es mundial, internacional, global, y lo que es más importante y determinante, los recursos para la producción, se buscan en todo el ámbito internacional, tanto en materias primas como en recursos financieros, y al hacerlo quienes adquieren capacidad de influir en las economías nacionales son los mercados, el capitalismo financiero que es el que dicta la política nacional a los gobiernos, sean de un partido de derechas o de izquierdas.
Toda la actualidad política-económica está recorrida por los factores internacionales, y esta característica es fundamental si se pretende entender y buscar una respuesta al poderío de los mercados,
los cuales, y es cosa, cada vez más notable, empieza a calar entre una
población atónita, el rol internacional, que nadie les explica, que
contempla como sus vidas están cada vez más intervenidas por esos mercados
sobre los que no tienen ninguna capacidad de presión, y a los que los
políticos nacionales no son capaces de responder, razón por la cual,
la apatía electoral, gana un terreno que pierden los políticos,
incapaces de tomar medidas que ajusten los límites a poderosos mercados, o lo que es lo mismo, al capital financiero.
Precisando más diría, que los mercados no son tanto un popurrí de nacionalidades diversas como de una determinada nación, pues son los mercados del
complejo milita-industrial estadounidense quien ha creado la debacle
al querer monopolizar en exclusiva el medio de cambio del comercio
mundial que el dólar representaba en solitario y al que el llegó el euro, sin deseos ni ánimo de incordiar, pero haciendo una apuesta que le garantizara un papel de figurante de lujo, pero la desaparición de la escena política del convidado de piedra
que era la auto-disuelta URSS, liberó de cautelas a las diversas
burguesías, que exenta de pudores se lanzarón a disputarse la tarta,
sin quererla compartir.
La crisis es el resultado de la voracidad del capital financiero estadounidense
para chupar recursos, y esta voracidad es la que ha disparado las
tensiones que se han materializado en una lucha entre las diferentes
burguesías.
Por un lado, la
burguesía dominante, la estadounidense, y de otro lado, las burguesías
productoras de materias primas; la burguesía europea, el conglomerado
burgués europeo, que pretendiendo asegurar un espacio comercial
propio, construyo trabajosamente la Unión Europea, dando un paso
arriesgado poniendo en circulacion el euro, ha perdido el compromiso de
respetar un entorno -Europa- problemático, cultivando los acuerdos para
lanzarse, la burguesía dominante de la zona, la burguesía alemana, a
querer dominar un espacio vital, que no traerá más prosperidad sino menos.
RELACIONES DE PRODUCCIÓN
El modo de producción mercantil es, según la perspectiva teórica de Marx, el último modo de producción antagónico, y este antagonismo es el que llena de tensiones
las relaciones de producción, y los banqueros, cuando cumplen su
función económica, procuran asegurarse no solo un beneficio sino una relación de dominio, convirtiéndose en el elemento dominador,
por tanto, creando dependencia, y esto no ha cambiado ni cambiará
mientras las relaciones de producción estén enmarcadas por un modo de producción antagónico,
por tanto el debate entre Krugman y los otros, es puro academicismo,
que no expresará lo que ocurre en la vida real, porque los banqueros, al crear dinero sin crear mercancía, y no me digan que el dinero es una mercancía, porque como valor de uso,
solo está disponible para los banqueros, financieros, especuladores,
mientras que los ciudadanos corrientes, solo pueden usar el dinero como
medio de supervivencia, por tanto, el capital financiero, los banqueros,
controlando el flujo de dinero, en la dirección que ellos quieren, la especulación, que crea dinero sin crear mercancía, han monopolizado el control de la vida política,
en el terreno de asegurarse la continuidad de un modo de producción que
ha cumplido históricamente el objetivo de desarrollar e impulsar las
fuerzas productivas, universalizando la economía,
y si no se analiza la economía desde el prisma de las relaciones
antagónicas entre las clases, no se entenderá el por qué de los
desajustes.
El dólar expresaba el potencial industrial y financiero de la nación vencedora de la SGM, y este potencial se conservó hasta 1971, siendo por tanto equiparable, políticamente con el resto de monedas de la época, pero desde que Estados Unidos sacó al dólar del patrón oro, la función de la moneda dólar se convirtió en una relación que empezó a expresar una función política, una función de clase, en las que las diferentes burguesías reconocían una relación de dependencia que aseguraba la permanencia del modo de producción mercantil, del mercado, frente a una economía socializada, en la que veían una peligrosísima amenaza, por eso, la salida del dólar del patrón oro, fue aceptado a regañadientes por las diferentes burguesía, sobre todo, las burguesias productoras de petróleo que vieron depreciarse su fuente de riqueza, por eso, la desaparición de la URSS, desato las apetencias de las diferentes burguesías y la llegada del euro se convirtió en un medio de presión en la que las burguesías árabes, valoraron la posibilidad de contabilizar en euro su petróleo, y ante este desafió, no buscado por el conglomerado de la burguesía europea, fue contestado por Estados Unidos, movilizando los resortes económicos de las agencias de calificación para comprometer una moneda, artificial, porque el conglomerado burgués europeo, no se atrevía a construir una verdadera unidad europea que supusiera un estado, con un gobierno central y poderes sobre las naciones asociadas, porque temía obsesivamente a una ciudadanía altamente cualificada y preparada, en la que ve y teme su relevo como clase dirigente, como la clase que puede sustituir su función de clase dirigente, y esto es percibido por el conglomerado burgués europeo y estadounidense, como una autentica amenaza, a la que hay que desactivar mediante las políticas de recortes y de incrementar las deudas nacionales.
El dólar expresaba el potencial industrial y financiero de la nación vencedora de la SGM, y este potencial se conservó hasta 1971, siendo por tanto equiparable, políticamente con el resto de monedas de la época, pero desde que Estados Unidos sacó al dólar del patrón oro, la función de la moneda dólar se convirtió en una relación que empezó a expresar una función política, una función de clase, en las que las diferentes burguesías reconocían una relación de dependencia que aseguraba la permanencia del modo de producción mercantil, del mercado, frente a una economía socializada, en la que veían una peligrosísima amenaza, por eso, la salida del dólar del patrón oro, fue aceptado a regañadientes por las diferentes burguesía, sobre todo, las burguesias productoras de petróleo que vieron depreciarse su fuente de riqueza, por eso, la desaparición de la URSS, desato las apetencias de las diferentes burguesías y la llegada del euro se convirtió en un medio de presión en la que las burguesías árabes, valoraron la posibilidad de contabilizar en euro su petróleo, y ante este desafió, no buscado por el conglomerado de la burguesía europea, fue contestado por Estados Unidos, movilizando los resortes económicos de las agencias de calificación para comprometer una moneda, artificial, porque el conglomerado burgués europeo, no se atrevía a construir una verdadera unidad europea que supusiera un estado, con un gobierno central y poderes sobre las naciones asociadas, porque temía obsesivamente a una ciudadanía altamente cualificada y preparada, en la que ve y teme su relevo como clase dirigente, como la clase que puede sustituir su función de clase dirigente, y esto es percibido por el conglomerado burgués europeo y estadounidense, como una autentica amenaza, a la que hay que desactivar mediante las políticas de recortes y de incrementar las deudas nacionales.
El
diez por ciento de la población posee casi dos tercios de los activos
financieros totales. Para el noventa por ciento restante no queda mucho.
La décima parte más pobre no posee ninguna propiedad. El
párrafo lo extraigo de die linke, porque me resulta llamativo que un
partido parlamentario, refiriéndose a su propio país, Alemania, exhiba
estadísticas que muestren el acaparamiento nacional, pero incluso en
esta fracción de la socialdemocracia avanzada, el contenido de su
política se ve en clave nacional, y es necesario e imprescindible que
los líderes que asumen la lucha de clases, sean capaces de avanzar
propuestas de convergencia, al menos con correligionarios de otros
estados, porque la lucha de clases, hoy más que nunca, tiene un carácter
internacional.
Los paraísos fiscales son un instrumento económico, mediante el cual, la burguesía, los mercados, ejercen el control político sobre los gobiernos, controlando el flujo del dinero en el sentido que beneficia politicamente,
sus intereses de clase, y la política sobre la deuda, es el instrumento
para empobrecer y someter a la ciudadanía, y si esto no se analiza en
Berlín, por los economistas concurrentes, serán juegos florales, esto y
buscar una medida de valor capaz de medir el trabajo humano, fuente de
riqueza, pueden ser objetivos capaces de aportar claridad, a una economía que dista
mucho de ser considerada una ciencia, sin más adjetivos.
jmrmesas
11 de abril de 2012
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